El egipcio del Liverpool lidera la Bota de Oro con 26 goles, y busca ser el primer africano en ganarla
Italia es la meca europea de los dorsales estrafalarios. Ronaldinho lució el ‘99’ en su etapa en el Milan, Zamorano el ‘1+8’ con el Inter, y Buffon defendió la portería del Parma vistiendo el ‘88’.
Durante su breve paso por la Fiorentina en la temporada 2014-2015, Mohamed Salah (Basyoun, Egipto, 25 años) portó el ‘74’, pero no por adaptarse a la moda del país que después sería su hogar. El 1 de febrero de 2012, 74 personas fallecieron como consecuencia de los brutales enfrentamientos que se sucedieron en el estadio de Port Said, durante un partido entre el Al Ahly y el Al Masry. Salah, que entonces tenía tan solo 19 años, jugaba en el Arab Contractors y quedó impactado con la tragedia. A su llegada a Florencia eligió ese número como homenaje a sus compatriotas fallecidos.
Ese gesto y su brutal transformación deportiva le han situado hoy como un héroe en su país y en todo el continente africano, donde siguen sin creerse que un egipcio sea el principal candidato a lograr la Bota de Oro, algo inédito. Con sus últimos cuatro goles al Watford, Salah suma 28 en la Premier, tres por delante de Messi (25), cuatro más que Cavani, Harry Kane e Immobile (24).
A pesar de su juventud y de haberse labrado una carrera profesional fuera de Egipto, nunca ha dejado de lado sus creencias y por ende su posicionamiento político. Durante un partido de la fase de clasificación de la Champions de 2013 ante el Maccabi de Tel Aviv con el Basilea, en el que militó entre 2012-2014, deslizó su intención de no viajar a Israel por considerarlo un país ‘opresor’. Finalmente acudió al encuentro, pero se negó a dar la mano a los jugadores del equipo israelí. Lo hizo acercándose al banquillo a cambiarse las botas en el momento del pasillo. En la ida cerró la mano y fue chocando con el puño.
Regularidad y constancia
“Es un futbolista indescifrable”, le piropeó Joe Gomez, su compañero en el Liverpool. “Salah lleva una trayectoria fantástica, pero, como siempre pasa en la vida, si posees esas cualidades las tienes que mostrar constantemente. Su regularidad y constancia son buenas para nosotros. Nos ayuda un montón, sus compañeros aman jugar junto a él”, se sumó Klopp. “El último jugador que yo recuerdo que tuviera la misma influencia en un equipo fue Maradona”, remachó el técnico alemán. Salah igualó la gesta de Luis Suárez, que también en su primera temporada como red en 2013 le marcó cuatro goles al Norwich.
Solo hace ocho meses que Salah ocupa el costado derecho del ataque del Liverpool. El egipcio llegó en verano procedente de la Roma por 42 millones de euros, con un bagaje de 34 goles y 24 asistencias en 83 partidos. El conjunto italiano, que lo firmó por apenas 15 millones, se vio obligado a tramitar su traspaso para cumplir con el fair play financiero impuesto por la UEFA.
Pero la trayectoria de Salah en Inglaterra comenzó con un primer paso tan infructuoso como constructivo en el Chelsea. Mourinho decidió traérselo de Suiza (donde marcó 20 tantos y dio 17 pases de gol en 79 partidos) por 17 millones, pero en dos temporadas solo le dio la oportunidad de jugar 19 partidos. Marcó dos goles. “Si observas cómo era hace cinco años y me ves ahora todo ha cambiado, tanto mental como físicamente. Dedico toda mi vida al fútbol, solo pienso en fútbol. Es lo único que está en mi cabeza”, reconoció el jugador recientemente en una entrevista para la BBC.
Nombrado Balón de Oro africano 2017, sus goles con Egipto (32 en 56 encuentros) han servido para llevar a los faraones al Mundial de Rusia tras 28 años de ausencia. “Viene muy bien, es un gran jugador y creo que puede marcar la diferencia en el torneo”, le aduló Neymar. Viene bien, viene rápido —“Podría competir en una carrera con Usain Bolt”, según su exentrenador en Suiza Murat Yakin—, y derecho a por la Bota de Oro.
Publicado originalmente en el pais https://elpais.com/deportes/2018/03/18/actualidad/1521402863_236319.html