Andrés Manuel López Obrador arrancó este domingo su tercera campaña presidencial en 12 años. El candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que encabeza la alianza Juntos haremos historia junto a los partidos Encuentro Social y del Trabajo, celebró su primer mitin en Ciudad Juárez (Chihuahua), en la frontera entre México y Estados Unidos. Desde allí lanzó un mensaje nacionalista y de defensa de la soberanía ante el beligerante Donald Trump. “Vamos a exigir respeto a los mexicanos… Ni México ni su pueblo será piñata de ningún Gobierno extranjero”, dijo.
López Obrador repasó en un largo primer discurso las ideas que ha venido repitiendo a lo largo de los últimos meses de una campaña con pausas imperceptibles. El candidato aseguró que su Gobierno fortalecerá el consumo interno. “Vamos a producir lo que consumismos… Buscaremos la modernidad desde abajo y para todos. Habrá crecimiento horizontal en todo el país y no solo en unos islotes”. El líder de izquierdas subrayó su discurso contra las élites políticas. Prometió recortar los sueldos de los altos funcionarios y acabar con sus privilegios. “El Gobierno dejará de ser una fábrica de nuevos ricos… vamos a bajar los sueldos de los de arriba y vamos a aumentar el salario de los de abajo”.
El líder de los sondeos con un 40% de intención de voto —Ricardo Anaya, de Por México al Frente tiene un 27,7%— eligió arrancar su campaña en Ciudad Juárez por su carga simbólica. Paso del Norte, como se llamó esta ciudad hasta 1888, acogió a Benito Juárez. El presidente mexicano huyó de la Ciudad de México rumbo al norte en mayo de 1863 asediado por las tropas francesas. Ese fue el inicio de la República itinerante, un periodo de cuatro años en el que el Gobierno juarista viajó en una caravana con el archivo de la nación por varias entidades. En esta ciudad de Chihuahua organizó, a lo largo de 10 meses, la resistencia. “Ciudad Juárez representa el pasado glorioso y el presente de los grandes problemas nacionales”, dijo López Obrador en referencia a los feminicidios y la violencia desbordada por la guerra contra el narcotráfico emprendida por el presidente Felipe Calderón, que derrotó a López Obrador en las elecciones de 2006.
Esta región del país no es bastión de la izquierda. La situación podría modificarse en la tercera campaña presidencial de López Obrador. En 2013 Morena nació en Chihuahua con poco más de 3.000 militantes. En 2015, en sus primeras elecciones, la organización fue la cuarta fuerza más votada con 53.000 votos tras el PRI, PAN y Nueva Alianza. El fenómeno López Obrador parece haber aumentado considerablemente los militantes, que hoy superan los 47.000 en todo Chihuahua, que tiene una población de 4.7 millones de personas. “El norte siempre ha sido reticente con López Obrador, pero es tal el hartazgo con la situación actual que las cosas están cambiando”, dijo Fabián Vázquez, un empresario que llegó de Tamaulipas para escuchar al candidato.
El aspirante dijo que, de triunfar en las elecciones del 1 de julio, aumentará al doble el salario mínimo en la zona fronteriza entre México y Estados Unidos. Según él la medida no aumentará la inflación porque recortará el ISR al 20% y el IVA al 8%, una cifra similar a la tasa impositiva que tienen California, Arizona, Nuevo México y Texas. Su plan de Gobierno incluye la creación de una zona libre en los más de 3.000 kilómetros de frontera. Las aduanas se recorrerían “20 ó 30 kilómetros tierra adentro” para fomentar el desarrollo productivo y tecnológico.
En su primer discurso de campaña, López Obrador también cargó en contra de las políticas económicas implementadas en México en las últimas tres décadas. “El neoliberalismo ha desatado la corrupción más colosal”, dijo después de criticar las privatizaciones de diversos sectores llevados a cabo en el sexenio de Carlos Salinas (1988-1994), su gran adversario político. “En 30 años el crecimiento real de la economía ha sido de cero… Un salario mínimo hace 30 años compraba 51 kilos de tortillas. Un salario hoy solo compra 6 kilos de tortilla, de ese tamaño ha sido el retroceso del pueblo frente a la política económica neoliberal”.
Algunos asistentes al mitin coinciden con este diagnóstico. “La gente está muy agobiada… Antes con 500 dólares al mes la hacías, pero con los aumentos eso se ha convertido en 250 dólares. Ya no alcanza”, aseguró Francisco, un chófer del transporte público que se acercó a oír el discurso del aspirante. “Ya es la hora de este señor”, agregó.
No todos los asistentes coincidieron con lo que oyeron. “Lo único que no me gustó fue lo de la cancelación del aeropuerto porque es infraestructura para el país”, mencionó un pequeño empresario que viajó desde Chihuahua, la capital del Estado, para oír a López Obrador. El aspirante de Morena retomó la polémica de las últimas semanas al decir que cancelará la construcción de la nueva terminal para ahorrar a México 200.000 millones de pesos (11.000 millones de dólares). En su lugar, construirá, dos pistas en la base de Santa Lucía.
Publicado originalmente en El País https://elpais.com/internacional/2018/04/01/mexico/1522612535_232926.html