Al menos eso es lo que le decían a Sergio Loranca, de ahora 24 años, cuando iba a la primaria, quien los consumía en lugar de los tradicionales dulces, y es que el gusto que tuvo desde pequeño por este tipo de hongos se lo debe a sus padres, quienes han sido promotores de su consumo, entre otros alimentos.
De acuerdo con el profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Chapingo, Erick Estrada Lugo, existen 500 tipos de hongos comestibles en el país y sólo una decena de ellos son alucinógenos, considerados “sagrados”, con sustancias activas que permiten la comunicación con seres místicos.
Expuso que los hongos comestibles, como los champiñones, setas y huitlacoche, contienen un grupo de sustancias químicas, los glucanos, en especial alfa y beta glucano, así como un grupo de terpenos, que ayudan en la prevención y tratamiento de la diabetes.
Y la diabetes, explicó, se previene estimulando la producción de insulina en el páncreas, que es lo que hacen dichas sustancias químicas.