Mafalda, la niña más contestataria de Argentina, hace tiempo que no habla. Quino (Joaquín Salvador Lavado), su autor, acaba de cumplir 86 años, perdió buena parte de su visión y vive lejos de las cámaras en la provincia de Mendoza, al pie de los Andes. Pero hay quienes insisten en hacerla hablar, aún sin la autorización de su creador. Quino negó ayer a través de un comunicado que sea real un textual con su firma que circula en las redes sociales con un supuesto rechazo a la ley de aborto legal que se discute en el Senado. Los autores, anónimos, incluso dibujaron a Mafalda con el pañuelo celeste que identifica a los grupos antiabortistas. “No la he autorizado, no refleja mi posición y solicito sea removida”, dijo Quino sobre la campaña.
La ley que pretende legalizar el aborto en Argentina pasó en junio el filtro de Diputados y espera ahora repetir suerte en el Senado. La movilización en la calle de miles de jóvenes mujeres luciendo pañuelos verdes fue determinante para que una decena de legisladores indecisos se decidiesen por el voto positivo. Los antiabortistas, sin poder de movilización, optaron por una campaña en redes sociales que incluyó la difusión pública de los números de móvil de una decena de diputados que no tenían decidido su voto, quienes vieron sus teléfonos colapsados con pedidos más o menos respetuosos a favor del no a la ley. El debate en el Senado se presenta igual de parejo que en Diputados, y los antiabortistas optaron por la misma estrategia: el uso de redes sociales para presionar desde el anonimato.
La semana pasada, la escritora Claudia Piñero, activa militante por el aborto legal, fue víctima de miles de mensajes en Twitter que llamaban a censurar una presentación en la que debía entrevistar al escritor cubano Leonardo Padura. Ha sido ahora el turno de Mafalda. El jueves se viralizó en las redes una supuesta frase de Quino, acompañada por su foto y la de su personaje: “Me han comentado que se está utilizando sin mi permiso la imagen de Mafalda en la campaña de legalización del aborto (cosa que me enoja) pero aprovecho para aclarar que Mafalda estará siempre a favor de la vida, por lo tanto, no le pongan un pañuelo verde, porque su color es el celeste”.
Ver a Mafalda con el pañuelo celeste anudado en su cuello fue, para muchos, al menos sospechoso. ¿Cómo esa niña liberal, hija de un matrimonio de clase media y siempre crítica con los discursos de poder, ya sea los del Estado o de la Iglesia, podía manifestarse tan abiertamente contra el aborto? La aclaración llegó enseguida, del propio Quino. Todo era parte de una campaña sucia para apropiarse de su personaje.
“Yo no quería preocuparlo porque era su cumpleaños, pero lo tomó bien. Cuándo le conté lo que estaba circulando me dijo ‘bueno, eso siempre pasa, pero hagamos una aclaración cortita para que no haya confusión’. Está medio resignado porque sabe que es imposible detener estas cosas”, dice su sobrino Diego Lavado, a cargo ahora de su cuidado en Mendoza. “Él siempre fue muy feminista, fue el primer feminista que conocí. Al final del comunicado me dijo: “pongamos que ojalá tengan suerte en sus reivindicaciones”.
El mensaje de Quino fue la contracara del apócrifo: "Se han difundido imágenes de Mafalda con el pañuelo azul que simboliza la oposición a la ley de interrupción voluntaria del embarazo. No la he autorizado, no refleja mi posición y solicito sea removida. Siempre he acompañado las causas de derechos humanos en general, y la de los derechos humanos de las mujeres en particular, a quienes les deseo suerte en sus reivindicaciones". Quino evitó manifestarse abiertamente a favor de la ley, aunque su mención a los “derechos humanos de las mujeres” forma parte de los argumentos de los sectores que defienden el aborto legal. "Él es así, no le gusta colocarse de un lado o del otro, pero quien lo conoce sabe lo que Quino piensa. Habla de los grandes temas, va al hueso de las cosas, pero escapa a los asuntos de la coyuntura", explica su sobrino. El Senado discutirá el texto de la ley del aborto legal el próximo 8 de agosto.