Mbappé, Griezmann, Pogba, estrellas que tientan a la élite del fútbol. Modric, Rakitic, Perisic, Mandzukic, aquellos que llegaron de abajo y se hicieron un lugar en la cumbre europea. La final del Mundial Rusia-2018 entre el glamour francés y los ‘obreros’ croatas.
Campeones del mundo en 1998 y segundos en 2006, los Bleus llegaron a Rusia en primera clase, exclusiva para los favoritos al título, un prestigio bien ganado por la calidad de sus figuras y el respaldo de la historia.
Armado línea por línea con millonarias figuras del mercado europeo, el seleccionado de Didier Deschamps, capitán del elenco galo que consiguió el único título mundial para ese país, confirmó sin manchas los vaticinios que lo consideraban como finalista.
Ganó el Grupo C con victorias ante Australia (2-1) y Perú (1-0) y ante Dinamarca se permitió un empate (0-0). Maravilló al mundo con su espectacular triunfo ante Argentina en los octavos de final (4-3) y ante Uruguay (2-0), en cuartos, se dio un pequeño paseo por el parque.
Luminarias
Bélgica, una de las sensaciones de la Copa y que con su victoria ante Brasil (2-1) en los cuartos reforzó la posibilidad de meterse entre los finalistas, apenas sacudió a los franceses en las semifinales y cayó 1-0.
“Francia es un equipo muy fuerte”, aseguró la exestrella inglesa Alan Shearer. “Tienen diferentes alternativas de juego, vimos lo que hicieron ante Argentina y cómo jugaron ante Bélgica. Por eso son candidatos al título”, reconoció el exastro del Newcastle.
Kylian Mbappé, el prodigio francés de 19 años que ha deslumbrado en Rusia, va camino a convertirse en uno de los mejores futbolistas del mundo.
Antoine Griezmann fue Balón de Bronce en 2016 y Paul Pogba llegó a ser ese año la transferencia más cara en la historia del fútbol al pasar de la Juventus al Manchester United por 120 millones de euros.
Pero la corte ‘bleu’ no son solo estas tres luminarias. Hugo Lloris, el ‘1’ galo es uno de los goleros más cotizados en el viejo continente, el ‘multipulmón’ N’Golo Kanté tiene sus días contados en el Chelsea y los zagueros Raphael Varane y Samuel Umtiti son considerados dos de los mejores defensores centrales del planeta.
Croacia sabe sufrir
Pero los franceses saben lo que Croacia significa en el fútbol europeo: sufrimiento hasta la última gota de sudor y guerra sin cuartel sin importar el escenario.
“La fuerza de los croatas es su mentalidad, son luchadores que juegan colectivamente y que adoran ese tipo de partidos”, advirtió la leyenda del fútbol holandés, Marco Van Basten.
Bleus y ajedrezados se enfrentaron en las semifinales de 1998 (2-1), y luego de un pequeño susto que Davor Suker les pegó a los 46 minutos, Lilian Thuram sofocó el intento de revolución de los croatas con dos tantos (47 y 70) que significaron la victoria y el pase a la final.
Croacia le dio a Inglaterra, el miércoles en la segunda semifinal del Mundial de Rusia, una lección de esfuerzo y de determinación para morir con el hacha al hombro. Así firmaron el 2-1 en el tiempo extra, trabajando a destajo, sin pausa.
Los balcánicos dominaron el Grupo D con tres sólidas victorias ante Nigeria (2-0), Argentina (3-0) e Islandia (2-1). Dinamarca (3-2) y Rusia (4-3) fueron sus víctimas por penales en octavos y cuartos luego de empates 1-1 y 2-2 en 120 minutos, respectivamente.
La banda de Modric
De la mano de un Luka Modric cerebral, que tras fichar por el Real Madrid en el verano boreal del 2012 se fue abriendo un lugar en la élite europea, Croacia ha hecho gala en Rusia de un fútbol de posesión, propositivo y elegante.
Una característica muy propia de los equipos de los Balcanes y, que en el caso de los ajedrezados, tiene intérpretes de lujo como el ’10’ madridista o Ivan Rakitic, entonces un volante más en España hasta que llegó a convertirse en uno de los lugartenientes de Messi en el Barça.
Al lado de estos dos ‘clasemundial’ se potencian otros como los infatigables Ivan Perisic (Inter), Mario Mandzukic (Juventus) o Ante Rebic (Eintracht Fráncfort), haciendo de Croacia una escuadra que combina elegancia y espíritu de lucha en su juego.
Los nuevos ajedrezados, en su quinta participación en una Copa del Mundo, superaron a aquel equipo de Davor Suker, Zvonimir Boban y Robert Prosinecki que terminó tercero en Francia-1998 en su primer Mundial tras la independencia del país siete años antes. Y fútbol y esfuerzo les sobra para ir por más ante Francia.