Con el objetivo de mantener la tradición familiar respecto a la elaboración de artesanías y de paso obtener ingresos con los que pueda dar sustento a su familia, el señor Braulio Alfonso Peña se levanta desde muy temprana hora para trasladarse al corazón de Toluca, en donde instala su puesto de artesanías como bolsas, carteras y ropa tejida, así como joyería diversa y hasta ropa para cama y carpetitas.
Explicó que al darse cuenta de que en su pueblo natal ubicado en Donato Guerra no tendría la posibilidad de vender sus artesanías de la misma manera, él y algunos miembros de familia tomaron la decisión de trasladarse a Toluca para emprender su negocio familiar.
“La verdad es que allá no es tan fácil que pueda uno vender, no es como acá que tanto la gente de aquí como los turistas te compran, por eso nos venimos, para sacar algo y poder salir adelante”, explicó el artesano a esta casa editorial desde su puesto instalado en la Plaza España.
La búsqueda de una casa para permanecer durante la semana no fue tarea fácil, pues tuvo que ajustar su presupuesto y encontrar la manera de no gastar dinero de más, sostuvo el artesano que hoy día radica en Toluca.
Discriminación y regateo
Pese a sus ánimos de salir adelante, Braulio Alfonso dio a conocer que se ha encontrado con gente que lo ha discriminado por su color de piel, su oficio y hasta su manera de hablar y de vestir.
“La verdad yo no entiendo por qué la gente es así, hay algunas personas que de verdad son muy buenas gentes pero hay otros que se molestan porque vendamos, a veces hasta insultan, quizás no les gusta nuestra forma de vestir y de hablar, pero somos seres humanos que merecemos respeto al igual que los demás”, manifestó inmerso en sus pensamientos.
Otro de los comportamientos más comunes que ha enfrentado el artesano, es el regateo, mismo que aseguró es más común de lugareños de Toluca que de visitantes y turistas de otras entidades.
“Cuando viene gente de afuera compran sin protestar de los precios, por ejemplo en tejer una carpetita una compañera se puede tomar hasta una semana, pero tampoco podemos regalar nuestro trabajo, porque es un trabajo de calidad y quien lo compre tendrá la certeza de que es algo único”.
El constante regateo, indicó, lo ha orillado a flexibilizar aún más los precios de sus creaciones, los cuales van desde los 20 pesos en el caso de las pulseras hasta los casi 300 pesos en el caso de las blusas y camisas con coloridos bordados.
Cabe mencionar que el artesano también elabora las tradicionales muñecas “María”, las cuales llegan a tomar hasta un día en la elaboración de seis piezas cuando son pequeñas, o dos en el caso de las tamaño grande.
“Estas muñequitas las piden mucho y las hacemos, pero de todo lo que elaboramos a mí me gusta más hacer pulseras, porque me relajo y me olvido de mis problemas, cuando estoy tejiendo es mi momento”.
También han sido víctimas de la delincuencia
El artesano de poco más de 50 años de edad, lamentó que en la capital mexiquense la ciudadanía y los visitantes sean víctimas de la inseguridad, la cuál también los ha golpeado a ellos.
“Cuando hay ferias grandes y hay muchos puestos, uno tiene que estar a las vivas porque ya nos pasó que nos robaran algunas blusas que teníamos colgadas. También nos pasó que recién habíamos llegado al puesto y de repente ya nos habían volado una bolsa grande de mercancía, tenemos que estar siempre atentos si no queremos que nos roben”, dijo.
Finalmente, dio a conocer que incluso han sido testigos de robos, principalmente teléfonos celulares y bolsas de mano, por lo que llamó a la ciudadanía a no distraerse mientras caminan en las calles de la ciudad.
“A simple vista la ciudad es tranquila y sí lo es, pero también hay gente mala que hace sus fechorías y nosotros no podemos interceder porque ya nos ubican y saben en dónde estamos”, finalizó.