El huracán Lane empapó la Isla Grande de Hawai el jueves, arrojando 30 centímetros (12 pulgadas) de lluvia en 12 horas, mientras los residentes apilaban suministros básicos y trataban de protegerse del azote del primer huracán en el estado desde 1992.
El Servicio Meteorológico Nacional advirtió que algunas área pudieran recibir hasta 76 centímetros (30 pulgadas) de lluvia antes de que se vaya la tormenta. Los aguaceros se extendían a 566 kilómetros (350 millas) del ojo del huracán.
No se proyectaba que Lane impactara directamente las islas, pero las autoridades advirtieron que incluso un azote menor pudiera causar daños significativos.
"No necesitas un azote directo para que un huracán de esta magnitud tenga impactos mayores", Steve Goldstein, meteorólogo de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica en Washington.
Se pronostica que el centro de la tormenta de categoría 4 se acerque o pase sobre porciones de las principales islas el jueves por la noche o el viernes por la mañana, causando olas de hasta 20 pies (6 metros) y un aumento de hasta 4 pies (1,2 metros) en el nivel del mar.
Se prevé que las condiciones de tormenta tropical, con vientos de 118 km/h (73 mph) lleguen a la Isla Grande, la más oriental de Hawai, el jueves por la noche, con condiciones de huracán para el resto de la semana.
Para las 8 am (1800 GMT), el huracán estaba a 466 kilómetros (290 millas) al sur de Honolulu y se desplazaba con rumbo noroeste a 11 kph (7 mph). Los vientos máximos sostenidos se habían debilitado ligeramente a 209 km/h (130 mph), dijo el servicio meteorológico.
"En este momento, todo el mundo está esperando", dijo Christyl Nagao, de Kauai. "Nuestras familias están aquí. Tenemos negocios y otras cosas. Solo hay que cuidar el fuerte y agarrarse fuerte".
Las autoridades abrieron albergues en la Isla de Hawai y en Maui, Molokai y Lanai el miércoles y pidieron a quienes necesiten alojarse en Molokai que vayan allí pronto por miedo a que la principal autopista en la costa sur de la isla quede intransitable.
En la isla de Oahu, que está en alerta por huracán desde el miércoles en la noche, estaba previsto que los refugios abrieran el jueves. Las autoridades trabajaban también para ayudar a la considerable población de indigentes, de los cuales la mayoría viven cerca de playas o arroyos que podrían desbordarse.
Ante la escasez de espacio en los refugios estatales, el administrador de la Agencia de Gestión de Emergencias de Hawai, Tom Travis, pidió a quienes viven en zonas donde no hay riesgo de inundación que permanezcan en sus casas.