Por: Adrián Millán
La aplastante cantidad de votos que Morena (y su coalición) recibió el pasado 1ro de julio, los ha colocado a nivel nacional con una amplia preponderancia en la mayoría de los espacios políticos. El caso de los Congresos estatales es un aspecto particular y que ha alertado a los gobiernos estatales que se encuentran gobernados por el PRI. Los casos de Sonora, Puebla y el Estado de México han llamado la atención por las precipitadas decisiones de los gobernadores para que sus actuales Congresos (aún bajo su mismo color) aprueben leyes por la vía rápida, que se les complicará aprobar cuando el nuevo Congreso tome posesión, o incluso que sus órganos jurisdiccionales en materia electoral mengüen la mayoría morenista.
En el Estado de México son tres las decisiones que han causado gran polémica recientemente: la reestructuración de la deuda pública, la reforma al sistema de pensiones del ISSEMYM y la reasignación de diputados locales de representación proporcional por la presunta sobrerepresentación de Morena. El actual gobierno del Estado es consciente de que la mayoría morenista, que el próximo Congreso estatal tendrá, le va a complicar la gobernabilidad, por eso tanta precipitación y autoritarismo en las decisiones.
En el caso de la reestructuración de la deuda pública, que se amplió hasta por hasta por 43 mil millones de pesos, el gobierno estatal busca tener la liquidez suficiente (incluso holgada) que le permita operar durante los cinco años restantes, tanto administrativa como políticamente, ante la clara desventaja en la que su partido quedó.
La reforma al sistema de pensiones del ISSEMYM es algo que le ha venido preocupando al gobierno estatal desde hace varios años, pero ante el escenario político adverso requería ser resuelto de manera urgente, ya que de lo contrario implicaría un lastre financiero que le restaría capacidad al gobierno el resto de su periodo.
Finalmente, la reasignación de diputados locales de representación proporcional que realizó el Tribunal Electoral de Estado de México, el pasado fin de semana, es un claro intento por compensar políticamente las fuerzas en el próximo Congreso y hacerle un guiño a los partidos que serán oposición de Morena, históricamente sometidos al PRI. En este último caso, aún falta la valoración del Tribunal Federal, que podría revertir la decisión.
La escena política para el PRI es sumamente compleja, lo que los ha obligado a actuar de forma rápida y autoritaria, a pesar de las consecuencias negativas que esto les podría acarrear, tanto políticas como sociales, pero parece que asumirán estos costos al valorar que solo así podrán sobrellevar estos cinco largos años.
