El presidente argentino, Mauricio Macri, anunció un plan de equilibrio fiscal que prevé una reducción drástica de su Gobierno, que de 22 miembros pasa a tener menos de la mitad, y medidas drásticas como un impuesto a las exportaciones, que calificó de "malo, malísimo", pero necesario.
Con un semblante muy serio y circunspecto, aseguró que con ello intenta dar a los mercados una señal clara de control del gasto para detener el déficit y la inflación, acelerada en los últimos días por una depreciación desmedida del peso con respecto al dólar, además de desterrar para siempre la corrupción.
El presidente hizo este anuncio a las 9:45 hora local en un mensaje televisado, grabado en la Casa Rosada en dos sesiones, poco antes de que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, anuncie los "detalles técnicos" de las medidas económicas que mañana presentará en Washington al Fondo Monetario Internacional (FMI) para un reajuste del acuerdo, que estará "listo en días", según Macri.
El presidente, que reconoció haber hecho gala de demasiado optimismo en sus previsiones, justificó la dramática reducción de su gabinete "a menos de la mitad" por la gravedad del momento, que a su juicio exige "compactar" su equipo de Gobierno más directo "para dar la respuesta más focalizada en la agenda que viene".
Asimismo, señaló que "para cubrir lo que falta durante esta transición que se ha transformado en emergencia", va a pedir que "quienes tienen más capacidades para contribuir", lo hagan, en referencia a que se aumentarán los impuestos a las exportaciones.
Dijo también en su mensaje, de 25 minutos, que su cambio es "de raíz, profundo y de verdad", aseguró que "todos tenemos que ceder en algo si queremos cambiar" y lamentó que, siendo Argentina "potencialmente de los países más ricos del mundo", un tercio de su población se encuentra en la pobreza.
Macri aseguró que "esta crisis no va a ser una más, sino que tiene que ser la última" y dijo que los últimos cinco meses fueron los peores de su vida después del secuestro que sufrió hace 27 años, cuando era empresario.
"La euforia que generamos" después de que "el cambio ganara las elecciones y haber frenado el camino que nos llevaba a ser Venezuela nos llevó a convencer a quien nos prestaba la plata a dejarnos tiempo", señaló en referencia a su llegada al poder en diciembre de 2015.
Estos son los cambios
Las carteras de Trabajo y Agroindustria se convirtieron en secretarías de Estado y pasaron a depender de Producción y Trabajo, dirigida por el actual ministro de Producción, Dante Sica.
Lo mismo ocurrió con la de Salud, que se fusionó con Desarrollo Social y está ahora al mando de la titular de esta última, Carolina Stanley, y con las de Cultura y Ciencia, que se unieron a Educación, con Alejandro Finocchiaro al frente.
También fue ratificado Nicolás Dujovne como ministro de Economía, que ahora pasará a tener una secretaría de Energía comandada por Javier Iguacel, quien hasta ahora era titular de un ministerio homónimo.
A partir de ahora, los ministerios de Turismo y Ambiente y Desarrollo Sustentable dependerán directamente de la Presidencia y ya no existirá el de Modernización.
El hasta ahora titular de este último, Andrés Ibarra, se convirtió en vicejefe de Gabinete, tras el desplazamiento de los actuales, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, que se espera que continúen dentro del Gobierno, pero en un segundo plano.
Por el momento, los titulares de los ministerios absorbidos se mantendrán a cargo de las secretarías que quedan en su lugar, aunque no se descarta que en los próximos días haya alguna sustitución.
Mientras, los ministerios de Interior, Relaciones Exteriores, Defensa, Seguridad, Justicia y Transporte continuarán con la misma composición.