El presidente electo de México, partidario de la austeridad, ha prometido vender el avión presidencial y viajar en vuelos comerciales. Incluso parece estar preparado para sufrir los apuros del pasajero promedio, como cuando se demora el avión.
Andrés Manuel López Obrador se quedó varado por lo menos tres horas cuando su vuelo del aeropuerto de Huatulco, Oaxaca, se retrasó debido al clima y tráfico aéreo.
En redes se publicaron videos de López Obrador hablando desde su asiento en un avión con destino a Ciudad de México.
López Obrador dijo que la experiencia no le hará cambiar de opinión.
''No por eso voy a subir al avión presidencial. Me daría pena, se me caería la cara de vergüenza... un avión lujoso en un país con tanta pobreza'', señaló.
López Obrador tampoco acepta los guardaespaldas presidenciales.