Presenciar espectáculos culturales en la vía pública, a través de una pantalla, ha resultado costoso para los mexicanos: en sólo diez meses, la Secretaría de Cultura federal gastó 60 millones de pesos en la transmisión y proyección de funciones, en vivo y grabadas, de música, danza, ciencia e incluso cine comercial, como Don Gato y su pandilla, en pantallas gigantes instaladas en plazas públicas de siete estados del país.
De acuerdo con documentos entregados a Excélsior, a partir de una solicitud de información pública, de junio de 2017 a junio de este año, la dependencia llevó a cabo 343 funciones en 15 plazas públicas del país por un costo unitario, calculado a partir del total invertido, de 174 mil 900 pesos. El gasto implicó la ampliación, en dos ocasiones para un periodo de diez meses, del contrato que la dependencia firmó con las empresas Mag Producciones y Red Five Two, para extender el cobro inicial de 20 a 60 millones de pesos.
Las proyecciones en plazas públicas forman parte del programa La cultura A-Pantalla, que la misma secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda, defendió como una de sus principales políticas para la ampliación de públicos y que, siendo titular del INBA, anunció en 2015.
En el proyecto sustentó incluso la sustitución de los vales de cultura que la Ley General de Cultura y Derechos Culturales le mandara (Excélsior, 17/07/2017). Para la funcionaria, era más importante llevar brigadas “a lugares apartados” con pantallas gigantes que entregar tarjetas o vales intercambiables por productos culturales.
Desde sus inicios, sin embargo, su política recibió críticas. La perredista Cristina Gaytán, entonces integrante de la Comisión de Cultura de la Cámara baja, externó que “no me parece efectivo, porque entonces nos conseguimos una conexión WiFi y bajamos de YouTube los miles de conciertos y espectáculos que ya están disponibles” (Excélsior, 15/08/2917).
Para el crítico e investigador de la danza César Delgado, La cultura A-Pantalla no logra la efectividad que las artes escénicas requieren y la inversión millonaria que implica desaprovecha la oportunidad de apoyar a decenas de grupos artísticos que sobreviven con grandes esfuerzos. “Si pensamos en 250 mil pesos por una función, con 50 millones de pesos podría alcanzar para hacer 200 funciones”, dice. Y con los 60 millones hasta ahora invertidos alcanzaría para 240 funciones.