La primera Jornada del VAR en la Liga MX dejó varias conclusiones: se utilizó más pero sirvió menos para rectificar respecto a Rusia 2018, además de que las pausas por las revisiones tardaron mucho más de lo esperado.
En los 64 partidos de la Copa del Mundo solo hubo 17 juegos detenidos para que el árbitro acudiera a las pantallas en la cancha. Es decir, se dio una revisión así cada 3.7 partidos y la primera llegó al quinto partido, el Francia vs. Australia en Fase de Grupos.
En cambio, en la Liga MX solo pasaron 10 minutos del primer juego para que llegara la primera revisión. Al final, la frecuencia de utilización de esta tecnología fue mucho mayor, con 4 revisiones en 9 juegos, una cada 2.2 partidos.
Esto último a pesar de que las mencionadas revisiones (no se toman en cuenta las que se realizaron solo en la cabina, sin requerir al silbante) se dieron solo en dos partidos: el Atlas vs. Veracruz y el Monterrey vs. Toluca.
En el juego de Zorros y escualos, el árbitro Adonaí Escobedo se vio obligado a recurrir al VAR apenas al minuto 10. Inicialmente no había marcado un penal a favor del Atlas, pero con el VAR rectificó y lo señaló. De todos modos quedaron dudas si en realidad era falta y de cualquier modo lo fallaron los Rojinegros.
Rusia 2018 fue el ideal del VAR, según celebraron en FIFA, y el comparativo no queda ahí, pues en la competencia mundial la tecnología entró en juego para corregir el 85 por ciento de las jugadas que revisó.
A diferencia de ese alto porcentaje de utilidad del VAR, en México solo corrigió el 50 por ciento de las veces en que un árbitro acudió a las pantallas. El VAR le señaló a Escobedo dos penales que no había marcado.
Por su parte, a Fernando Guerrero en Monterrey le ratificó sus dos decisiones que ameritaron el ojo del VAR: un gol válido a favor del Toluca, revisado por un posible fuera de lugar que no procedió, así como para mantener una expulsión a Rubens Sambueza.
Ello quiere decir que mientras en Rusia 2018 solo el 15 por ciento de las veces fue innecesaria la revisión, en México fue el 50 por ciento. Peor aún, en el Mundial una revisión en cancha requería 86 segundos (menos de minuto y medio), cuando en México tres de las cuatro revisiones llegaron casi a los 2 minutos.
Ello provocó que el reloj en Monterrey llegara hasta el minuto 99, no solo por lo que Guerrero tardó en revisar sus dos jugadas, sino porque en la cabina tardaron alrededor de minuto y medio tan solo en pedirle al silbante que revisara, cuando en el Mundial esa sugerencia era prácticamente inmediata.