Brasil anunció hoy que retira su candidatura a organizar la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP25) de 2019 por "cuestiones de presupuesto", pero ecologistas culpan de la decisión al presidente electo Jair Bolsonaro.
"El gobierno brasileño se vio obligado a retirar su oferta para organizar la COP25", debido a "restricciones fiscales y presupuestarias", informó la Cancillería este miércoles en un comunicado.
La Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático, auspiciada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), discute las formas cómo se manifiesta el aumento de la temperatura en el planeta y cómo los países pueden combatirlo, y es el marco intergubernamental más importante en la lucha contra este problema global.
La próxima semana está prevista la COP24 en Katowice, en Polonia, y Brasil era uno de los candidatos a organizar la COP25 en noviembre de 2019.
La decisión anunciada este miércoles fue criticada por organizaciones no gubernamentales y ecologistas, que ven en esta retirada una muestra más de que el gobierno del presidente electo, Jair Bolsonaro reducirá sus esfuerzos por conservar la Amazonía y reducir las emisiones de gases con efecto invernadero.
"Es lamentable, pero no sorprende", dijo el Observatorio del Clima, organización brasileña que monitorea los compromisos ambientales del gigante sudamericano y reúne a más de 30 grupos ecologistas.
"Este cambio probablemente se debe a la oposición del gobierno electo, que ya declaró la guerra al desarrollo sostenible en más de una ocasión", acusó.
Con cerca de una quinta parte de todos los recursos de agua dulce superficial de la Tierra y una extensión de selva cercana a dos tercios del territorio continental de Estados Unidos, la Amazonía -que ocupa el 60 por ciento del territorio de Brasil- es considerada fundamental para el planeta y la lucha contra el cambio climático, así como para generar el ciclo de lluvias en América del Sur.
Bolsonaro nombró a varios ministros de su futuro gobierno, entre ellos al canciller Ernesto Araújo, que han jugado con la posibilidad de que el gigante sudamericano de marcha atrás en sus compromisos climáticos.
En el marco del Acuerdo de París, Brasil se comprometió a reducir en 2025 un 37 por ciento las emisiones de gases con efecto invernadero respecto a las emisiones de 2005, sobre todo por medio de la lucha contra la deforestación en la Amazonía, el incentivo a las energías renovables y la mayor eficiencia de la agricultura.
