Las fuertes lluvias que se esperan para hoy martes en el norte de California elevaban el riesgo de deslizamientos de tierras y afectaban la búsqueda de nuevas víctimas de los incendios más letales en la historia del estado estadounidense, los que han dejado un saldo de casi 1.000 desaparecidos.
El pronóstico es que caigan hasta 10 centímetros de lluvia al norte de San Francisco entre la tarde de hoy y el viernes, indicó Patrick Burke, funcionario del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos.
Si bien se prevé que el agua apoye la contención de las llamas, unas precipitaciones fuertes generan el riesgo de deslizamientos de tierra en las áreas quemadas y además dificultarían aún más el trabajo de los equipos forenses que están revisando cenizas y escombros en su búsqueda de restos humanos.
El riesgo de deslaves además agravaría el sufrimiento de las personas evacuadas, algunos de los cuales están alojados en carpas o durmiendo en sus autos. A quienes se les permitió volver a sus casas podría ordenárseles que vuelvan a evacuar si viven en zonas ubicadas bajo las áreas quemadas.
Se han recuperado restos de 79 víctimas desde que el Camp Fire estalló el 8 de noviembre, arrasando con gran parte de la localidad de Paradise, ubicada a 280 kilómetros al norte de San Francisco y con una población de casi 27.000 habitantes.
La lista de desaparecidos que mantiene la Oficina del Alguacil del Condado de Butte todavía llega a 993. La cifra ha tenido grandes variaciones en la última semana por la adición de más gente, la aparición de personas vivas o la identificación de algunos entre los muertos.
Hasta el lunes, el fuego había consumido más de 61.100 hectáreas y quemado cerca de 12.000 viviendas, informó el Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California. Se han levantado líneas de contención en torno a un 70 por ciento del perímetro, según la agencia.