La vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez, afirmó en Miami que "todo el hemisferio" tiene responsabilidad en "la dictadura que se instaló en Venezuela" y, por ello, la tarea de atender la "tragedia humanitaria" venezolana tiene que ser de todos.
Ramírez habló así en una improvisada rueda de prensa antes de intervenir en una conferencia sobre los desafíos y oportunidades que tiene ante sí el gobierno del presidente Iván Duque organizada por el diario The Miami Herald y conducida por el periodista y escritor argentino Andrés Oppenheimer.
La vicepresidenta subrayó que Colombia ha demostrado con creces su "generosidad" con los venezolanos que huyen de ese país, pero subrayó que es un "problema regional" que debe ser enfrentado con "estrategias regionales".
A su juicio, los fondos que se están volcando para ayudar a esos venezolanos son totalmente "insuficientes" y todos los países y organizaciones multilaterales deben "reaccionar" contribuyendo a un fondo de emergencia por un principio de "corresponsabilidad".
Para Ramírez, unos por "indolentes", otros por "condescendientes" y otros por "cómplices", todos los países del continente tienen responsabilidad en la situación que vive Venezuela.
La vicepresidenta subrayó que Colombia no puede seguir aceptando muchos más venezolanos -hay cerca de un millón- y dijo que al igual que cuando una persona se lanza al mar para auxiliar a otra, "los dos podemos acabar ahogados".
A su juicio hay "mucha discusión entre técnicos", mientras los venezolanos tiene que comer, tener acceso a medicamentos y "normalizar" sus vidas.
Además de pedir a otros países americanos que ayuden con fondos, Ramírez defendió que es "inaceptable" dejar "abandonados a su suerte" y condenar a la informalidad a los venezolanos que han dejado su país, por lo que instó a que todos los países les brinden documentos y permisos de trabajo así sea temporales.
En respuesta a la afirmación de un funcionario del Banco Mundial, que intervino en la conferencia, de que la emigración venezolana puede ser vista también como una "oportunidad" para los países que los acogen, subrayó que es algo "relativo" y aplicable a una "primera etapa" en la que salieron personas con recursos y capacitadas.
Ahora, se está recibiendo a personas que llegan en condiciones "precarias", dijo Ramírez, quien no obstante indicó que su país no está tendiendo una mano a los venezolanos por un "cálculo" de que luego podrá sacar rédito de eso.
"La mayor oportunidad sería el regreso de Venezuela a la democracia" y "la apuesta de todos debe ser presionar" para lograrlo, subrayó.
Ramírez destacó que los brotes de violencia que se han producido en campamentos de venezolanos en Colombia han sido entre las personas allí alojadas y no descartó que hayan sido instigados por personas que están en contra de la democracia, las instituciones y el estado de derecho en Venezuela.
La vicepresidenta fue también interpelada por el aumento de la superficie cultivada de coca en su país, algo que es "una realidad" y además "inaceptable" y lo vinculó a que el Gobierno anterior, de Juan Manuel Santos, bajó "la guardia" durante la negociación de la paz con las FARC.
"Queremos la paz por encima de todo", pero vamos a actuar con "determinación" contra ese problema, dijo Ramírez, quien indicó que ya se ha intensificado la erradicación voluntaria de cultivos ilegales por parte de los campesinos y la que realizan las fuerzas de seguridad.
También en este caso defendió el principio de corresponsabilidad y subrayó que se necesita "mucha más acción internacional" para enfrentar toda "la cadena" del narcotráfico.
Según cifras de la ONU, tres millones de venezolanos han abandonado su país para huir de la crisis económica, política y social y de ellos 2,4 millones están en países de América Latina.
Colombia es el principal país de acogida con cerca de un millón.