Lo que se degusta en el restaurante "Los Agaves", situado en el multicultural y tradicional barrio belga de Saint Gilles, es sabroso y muy mexicano, dijeron a Notimex varios mexicanos. En plena... Lo que se degusta en el restaurante "Los Agaves", situado en el multicultural y tradicional barrio belga de Saint Gilles, es sabroso y muy mexicano, dijeron a Notimex varios mexicanos.
En plena Avenida Jean Volders, este restaurante, que celebró un año de su apertura, coexiste con otros locales naturistas belgas, portugueses y colombianos. Según Yulibeth Fernández, su creadora originaria de Villaflores, Chiapas, no es un restaurante.
"Es un lugar que en México se llamaría tacos y antojitos mexicanos", recalca. Si bien le encanta cocinar, nunca había tenido que ver oficialmente con la gastronomía. "Salíamos con los amigos y no había un lugar verdaderamente mexicano. Todo era tex-mex", cuenta. Increíble, en una ciudad como Bruselas, que aglutina la internacionalidad europea. Los amigos la animaban a poner un restaurante.
"Vi un local vacío y me aventé", cuenta Yulibeth, administradora de formación. Después de pasar por Canadá llegó a Bruselas por amor, hace 11 años. Yulibeth quería ofrecer comida verdaderamente mexicana. Que sea genuina, sana, con ingredientes frescos y en lo posible de agricultura biológica es para Yulibeth un imperativo. Sus tortillas se hacen en casa. Su horchata, sus aguas de Jamaica y de tamarindo son naturales. La piña colada se hace con jugo fresco. Su público es variopinto. Aparte de mexicanos hay belgas, franceses, españoles, portugueses, latinoamericanos.
"Tacos y enchiladas, todo el mundo pide. Las enchiladas rojas sobre todo. Pero siempre hay algún curioso que quiere conocer y se avienta a las enchiladas de mole", dice Yulibeth. A pesar de su fama internacional, hay cosas de la verdadera comida mexicana que Yulibeth tiene que explicar a su público, a veces ayudada de las imágenes en el teléfono. Uno de ellos los tamales, algo exótico en Bélgica, es una de las delicias del lugar.
"Son verdaderamente chiapanecos. Aunque conozco otros, ésos son los que sé hacer", explica. Por el momento sólo los ofrece de verduras con acelgas y de mole con pollo. ¿La estrella? "El tamal de Cambray que lleva dos tipos de carne, almendras y verduritas picadas", describe. Aunque en el invierno, sobre todo desde el Día de los Muertos, ha tenido mucho éxito, las fiestas de fin de año alejan al público de la ciudad. Y ella descansa. Apenas para cuando comience el 2019 se podrá volver a contar con sus tamales.
"Vi un local vacío y me aventé", cuenta Yulibeth, administradora de formación. Después de pasar por Canadá llegó a Bruselas por amor, hace 11 años. Yulibeth quería ofrecer comida verdaderamente mexicana. Que sea genuina, sana, con ingredientes frescos y en lo posible de agricultura biológica es para Yulibeth un imperativo. Sus tortillas se hacen en casa. Su horchata, sus aguas de Jamaica y de tamarindo son naturales. La piña colada se hace con jugo fresco. Su público es variopinto. Aparte de mexicanos hay belgas, franceses, españoles, portugueses, latinoamericanos.
"Tacos y enchiladas, todo el mundo pide. Las enchiladas rojas sobre todo. Pero siempre hay algún curioso que quiere conocer y se avienta a las enchiladas de mole", dice Yulibeth. A pesar de su fama internacional, hay cosas de la verdadera comida mexicana que Yulibeth tiene que explicar a su público, a veces ayudada de las imágenes en el teléfono. Uno de ellos los tamales, algo exótico en Bélgica, es una de las delicias del lugar.
"Son verdaderamente chiapanecos. Aunque conozco otros, ésos son los que sé hacer", explica. Por el momento sólo los ofrece de verduras con acelgas y de mole con pollo. ¿La estrella? "El tamal de Cambray que lleva dos tipos de carne, almendras y verduritas picadas", describe. Aunque en el invierno, sobre todo desde el Día de los Muertos, ha tenido mucho éxito, las fiestas de fin de año alejan al público de la ciudad. Y ella descansa. Apenas para cuando comience el 2019 se podrá volver a contar con sus tamales.