Miles de personas se congregaron este martes en toda Francia para denunciar un aumento del antisemitismo en el país, unas horas después de que unas 80 tumbas fueran profanadas en un cementerio judío.
En París, una multitud se dio cita en la céntrica plaza de la República, con personas que enarbolaban pancartas con mensajes como "No al odio" o "¡Ya basta!".
El primer ministro, Edouard Philippe, acudió a la concentración, junto a otros miembros del gobierno, para "denunciar lo inaceptable" y prometió que se tomarán "medidas" para castigar a los responsables de estos actos.
El presidente, Emmanuel Macron, prefirió por su parte dirigirse junto a su esposa Brigitte al memorial de la Shoah, donde colocó una corona de flores blancas. La pareja iba acompañada de los presidentes de las dos cámaras del Parlamento, Gérard Larcher y Richard Ferrand.
Poco antes, el mandatario se dirigió al cementerio de la localidad de Quatzenheim, un pueblo de 800 habitantes en el este de Francia, que amaneció con 80 tumbas pintadas con esvásticas nazis azules y amarillas.
"Tomaremos acciones, promulgaremos leyes y castigaremos" a los responsables, prometió Macron, quien dialogó con los habitantes consternados.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu denunció esta profanación, a la que tachó de acto "chocante" cometido por "salvajes antisemitas", y llamó a los dirigentes franceses y europeos a tomar una "posición fuerte contra el antisemitismo".
El antisemitismo "es un flagelo que amenaza a todos, no sólo a nosotros, y debe ser condenado cada vez que muestre su cabeza, donde sea que esté", dijo Netanyahu en un comunicado.
Su ministro de Inmigración, Yoav Gallant, llamó a los judíos de Francia a emigrar a su país. "Volved a casa, inmigrad a Israel", escribió Gallant en la red Twitter.