Por más de 30 años, el artista Fernando García Correa ha dedicado su arte a resaltar la pintura abstracta, analizando y explorando los terrenos de la pintura posminimalista.
Durante su carrera ha realizado exposiciones individuales en México y el mundo, y ha triunfado en plataformas colectivas en países como Colombia, EU, Francia, España, Puerto Rico, Cuba, Suiza y Canadá.
En su práctica, los temas y series pasan de la trama al tejido y, por ende, a la retícula. Así surge la obra Suculenta, una serie de variaciones de elementos esféricos que se desarrollan buscando las posibilidades de la lógica que plantea el artista, hasta encontrar imágenes que funcionan ante cualquier espectador.
Como reconocimiento a su trabajo y trayectoria, la firma de tequila 1800 ha decidido lanzar una edición limitada de botellas de su edición Milenio, en la que García Correa ha dejado impreso su estilo, tanto en la botella como en la caja.
Para platicar acerca de la labor que ha desempeñado durante estas tres décadas, Fernando abrió las puertas de su casa estudio en la colonia del Valle y conversó de los retos que ha tenido.
“Mi trabajo más fuerte se fue en los años 80; en esa época vivía en Francia y mi formación fue distinta. En un inicio me dediqué a la abstracción y, a partir de los 90, al minimalismo. En ese momento empecé a eliminar elementos en distintas áreas, ya que quería seccionar mi trabajo, en un sentido auténtico, pues comprendí que menos era más”, dijo.
La corriente minimalista tenía implicaciones políticas sobre todo en Estados Unidos, pero a México la palabra llegó como una moda y diversos artistas se dejaron llevar por esta corriente.
Este tipo de cosas pasan, en su momento, todos eran conceptuales, en mi caso nunca lo fui”.
“Eso mismo pasó con el minimalismo, primero llegó por la arquitectura y el cambio de decoración, comenzó a desaparecer el barroco y todo era más sencillo. Yo no lo trabajé por moda, sino porque me gustaba. Prácticamente mi obra se basa en un solo elemento y, a partir de ello, lo desarrollo hasta donde alcance”, comentó.
El trabajo de Fernando es simple, pero bien balanceado, es equilibrado y muy bien desarrollado, pero al mismo tiempo es un minimalismo abstracto, fácil de reconocer y sobre todo muy original.
“Mi obra es un poco tediosa en el sentido que tengo que mantener una concentración alta. Mentalmente es muy cansado, es por ello que, en ocasiones, he recurrido a la variación de los temas y las técnicas para poder mantenerlo y no volverme loco”, expresó con risas.
Para realizar el trabajo de su serie Suculentas, Fernando comentó que en un principio no tiene nada que ver con ellas, pero en cuanto va avanzando la obra, va tomando forma.
“Voy cubriendo una superficie con tinta negra y dejo espacios muy finos en blanco con cada pincelada, eso es lo que va formando cada elemento, ya sean esferas o cualquier pieza. Me gusta jugar con la estructura y variar diversas técnicas”, explicó.
En cuanto a colores, en la mayoría utiliza dos tonos para que funcione con su tipo de arte.