La bailarina y coreógrafa cubana Alicia Alonso, de 98 años, recibió este miércoles en La Habana el reconocimiento de Estrella del Siglo otorgado por el Instituto Latino de la Música (ILM) como reconocimiento a su contribución al ballet y a la cultura.
A pesar de su visible frágil estado de salud, la “prima ballerina absoluta” del Ballet Nacional de Cuba acudió al evento en el que se le otorgó el galardón, al que asistió elegantemente vestida de rojo, con grandes gafas de sol y tocada con un turbante.
Alonso fue condecorada por su contribución al mundo de la danza y a la cultura de América Latina, consistente en haber “llevado al ballet clásico la cadencia de lo latino”, declaró Daniel Martín, presidente del ILM, una institución fundada en Ciudad de México en 1921 y que el año pasado retomó sus actividades tras décadas de paréntesis.
Se trata de la primera vez que el ILM concede el reconocimiento de Estrella del Siglo a una bailarina y también a una mujer cubana, especificaron los organizadores.
Además de a Alicia Alonso, la institución ha nombrado estrellas del siglo, entre otros, a leyendas musicales del siglo XX como los mexicanos José Alfredo Jiménez, Pedro Infante, Agustín Lara y Javier Solís, la argentina Libertad Lamarque y los cubanos Benny Moré y Celia Cruz.
Alonso ha dedicado su vida a la danza, con una sólida formación como bailarina y un estilo propio, y fundó hace 70 años junto a los hermanos Fernando y Alberto Alonso la escuela cubana de ballet y el Ballet Nacional de Cuba (BNC), el primero de su tipo en la isla y que este año fue declarado Patrimonio Nacional.
Calzó las zapatillas por última vez en un escenario para interpretar la pieza “Farfalla” en Italia, el 28 de noviembre de 1995, casi a los 75 años de edad.
Sin embargo, ha permanecido hasta la actualidad al frente del BNC y en la presidencia del Festival de Ballet, que cada dos años reúne a figuras internacionales de la danza en La Habana.
Alonso nunca faltó a esa cita hasta la edición del año pasado, celebrada en octubre, cuando no pudo asistir debido a una indisposición temporal, aunque días después reapareció en un acto en el que canceló un sello postal.