Mientras leen estas líneas, una nave espacial de Israel está por hacer historia al aterrizar –o tal vez diríamos alunizar– por primera vez en la Luna. Solo tres naciones hasta hoy han logrado esta hazaña sobre la faz de la Luna: Estados Unidos, Rusia y China. Hoy, la pequeña nación de Israel se ha convertido en la cuarta.
Con un costo de sólo 100 millones de dólares, Israel, la denominada Start Up Nation logró lanzar un cohete con una pequeña nave al espacio –Bereshit– manifestando la visión y el espíritu de Shimon Peres de “soñar sin límites”.
La nave espacial fabricada por la empresa emprendedora SpaceIL, se lanzó desde Cabo Cañaveral el 21 de febrero de 2019, en un cohete usado, tipo SpaceX Falcon 9. El proceso consiste en tener a la nave orbitando durante casi dos meses, viajando aproximadamente cuatro millones de millas; después de ese periodo de tiempo, la nave se impulsó dando vueltas órbitas elípticas alrededor de la Tierra varias veces para ganar velocidad antes de ser lanzada hacia la Luna.
Bereshit (Génesis, en hebreo) lleva una cápsula del tiempo de registros digitales y un instrumento para estudiar el campo magnético de la luna y marcará el primer aterrizaje lunar para una organización de financiamiento privado desde cualquier lugar del mundo.
El costo total del programa, recaudado de donaciones privadas es una pequeña fracción de los miles de millones de dólares invertidos en los programas espaciales de Estados Unidos y Rusia.
Tres ingenieros jóvenes decididos Yariv Bash, Kfir Damari y Jonathan Winetraub establecieron un proyecto conjunto entre su empresa, SpaceIL y la Agencia Espacial de Israel e Industrias Aeronáuticas de Israel (IAI) para realizar esta misión.
“Esta misión de la que hablábamos era realmente una misión imposible”, dijo el empresario Morris Kahn, quien donó 40 millones de dólares para el proyecto. “Lo único es, que yo lo consideraba como imposible, y los tres ingenieros que iniciaron este proyecto no pensaron que era imposible, y como sabemos, el Estado de Israel piensa que nada es imposible…”En efecto cabe preguntarnos ¿Cómo fue posible que un pequeño país, de la superficie del estado de Hidalgo y con una población menor a la mitad de la población de la CDMX, logró realizar este hito?
Mucho se ha escrito sobre el fenómeno de la innovación y la creatividad del Estado de Israel y es difícil definirlas exactamente. Se trata de un conjunto de factores basado en una cultura que impulsa a sus ciudadanos a desafiar la autoridad de lo establecido, a formular siempre la próxima pregunta y a cuestionar lo obvio.
Una combinación de Jutzpah (audacia) que se deriva de una formación militar obligatoria, de una educación en excelentes universidades, de un gobierno inteligente y de una diversidad social –todo lo cual, superando una realidad de falta de recursos naturales– ha logrado establecer un ecosistema único y emprendedor.Desde su creación, su propia génesis, el Estado de Israel ha creado milagros. David Ben Gurion, el fundador del Estado de Israel decía “Para ser realista en Israel hay que creer en los milagros”.
Un país que sin agua ha logrado el milagro de hacer florecer el desierto y que a través del conocimiento producir suficiente agua hasta poder ya exportarlo a sus vecinos.
Israel actualmente es un líder mundial en la ciencia y la tecnología, es el país que más invierte en I y D en el mundo con 4.25 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) y es el hogar de nuevas compañías, de permanentes innovaciones, y nuevas tecnologías que superan a todos los países de la Unión Europea juntos; tiene más científicos e ingenieros per cápita en el mundo (140 por cada 10 mil); atrae el doble de capital de riesgo per cápita que el país siguiente- Estados Unidos.
La innovación israelí juega hoy en día un papel desproporcionado y esencial en la solución de los desafíos más grandes del mundo –el combate al hambre, la salud, la desertificación, la preservación y aprovechamiento del agua, la seguridad, entre otros, poniendo así la inteligencia al servicio del concepto de Tikun Olam, esto es, la perseverante intención de contribuir para un mundo mejor.
Génesis –a la narración bíblica sumamos la creatividad y la solidaridad humana como motor de su futuro.
Hoy, se celebra otro logro importante en la historia, siendo un pequeño paso para la humanidad y un gran salto para Israel.