Sala Gastronómica es un el nuevo concepto de restaurante en el Museo Nacional de Antropología (MNA), en donde turistas y visitantes a uno de los recintos museográficos más importantes del país y de América ahora también pueden experimentar un viaje culinario místico por las diferentes regiones de México. Es un lugar hecho para explorar las ceremonias, ingredientes y secretos gastronómicos del país; además de disfrutar de la experiencia de recorrido por las diversas salas de exhibición que integran el museo.
“Es un restaurante que resalta los elementos, colores y sabores de la gastronomía mexicana junto con la evolución de sus ingredientes, pero sin olvidar la conservación de las tradiciones”, cuenta Ana Hernández Iturbe, gerente de marcas Premium de CMR, empresa que opera más de 140 restaurantes de diferentes propuestas gastronómicas y de ambiente en México, como El Lago en el Bosque de Chapultepec y The Capital Grille sobre avenida Reforma.
“La incorporación de Sala Gastronómica al portafolio de marcas Premium de CMR representa un paso importante en la visión de la corporación para compartir con el mundo lo mejor de México, pues está ubicada en un punto emblemático de la Ciudad de México como lo es el Museo Nacional de Antropología que es visitado por turistas de muchos países. El concepto arquitectónico, de diseño e interiorismo del espacio va en concordancia con el estilo del museo; lo describiría minimalista con materiales, mobiliario, piezas y esculturas que rememoran la historia de México a través de sus diferentes etapas, así como con algunas fotografías que muestran cómo era el inmueble del MNA en otras épocas”, dice Hernández Iturbe.
Durante varios meses, la cafetería y restaurante del museo habían dejado de operar para su remodelación, tiempo durante el cual CMR en colaboración con la empresa de marketing gastronómico Mero Mole –fundada por Rodrigo Vargas Mier y Terán en el 2014– se hicieron cargo del proyecto para renovar el concepto de las nuevas instalaciones. Así, surge Sala Gastronómica, cuyo nombre incluso se agrega al museo como si se tratara de un espacio de visita adicional a las 24 salas de exhibición con las que cuenta el recinto. La idea es que después de un recorrido cultural, la gente cuente con la opción de un sitio en el que pueda sentarse a descansar un rato y en el que incluso pueda disfrutar de los platillos típicos que crean los sabores de este gran país.