La sonda japonesa Hayabusa2 ha logrado abrir un cráter en un remoto asteroide para tomar muestras, según anunció este jueves la agencia aeroespacial nipona, que señaló que se trata de la primera vez que se completa una misión espacial de este tipo.
Los responsables de la misión nipona confirmaron que la superficie del asteroide Ryugu resultó “claramente alterada” por los proyectiles disparados el pasado día 5 desde un brazo articulado que se separó de la aeronave.
La sonda pudo corroborar el éxito de esta fase de su misión al aproximarse al asteroide y tomar fotografías de la superficie, según dijo en rueda de prensa Yuichi Tsuda, profesor asociado de la Agencia Aeroespacial, quien añadió que es la primera vez que se abre artificialmente un cráter en la historia de los viajes espaciales.
En las próximas semanas, la sonda realizará una “operación de investigación del cráter”recogiendo materiales de su superficie y otros que quedaron esparcidos tras los disparos de Hayabusa2 sobre la superficie del Ryugu, donde se dan condiciones cercanas a la ingravidez.
Ryugu se sitúa a 340 millones de kilómetros de la Tierra, y se cree que su superficie alberga restos de carbón y agua formados durante el nacimiento del sistema solar hace unos 4.600 millones de años, lo que podría aportar pistas sobre la formación de los planetas y el origen de la vida.
Hayabusa2 aterrizó en febrero en Ryugu tras recorrer 3.200 millones de kilómetros alrededor del Sol en una órbita elíptica durante más de tres años, y después de alcanzar el asteroide el pasado junio y de permanecer suspendido desde entonces a unos 20 kilómetros de su superficie.
Además, la sonda descargó el año pasado tres pequeños vehículos exploradores sobre Ryugu con el objetivo de recolectar muestras adicionales, y tiene previsto intentar nuevos aterrizajes antes de emprender su retorno a nuestro planeta, adonde se espera que llegue hacia finales de 2020.