En el país, el 82% de los hombres en edad laboral cuenta con un empleo que genera ingresos y solo el 43% de las mujeres de ese mismo rango de edad tiene un trabajo remunerado.
Por este motivo, las mujeres tienden a tener más empleos por cuenta propia, lo que las lleva a la informalidad. De esta forma, ellas se concentran en la parte baja de la distribución de ingresos y en posiciones de menor jerarquía en el mundo laboral.