La noche en que Metálico perdió su máscara, El Pedro Infante de la Lucha Libre vio la luz. En 2014, al caer esa tapa, la conmoción del público no recayó en el resultado: el asombro fue el parentesco físico del perdedor con el máximo ícono de la Época de Oro del Cine Mexicano.
“Con esa derrota analicé mi historia y evalué: renovarse o morir. Di ese gran paso y a la gente le gustó el homenaje que hago, con todo respeto, a don Pedro”, dijo el gladiador. “Cuando me quité la máscara, la gente empezó a gritar ‘Torito, aquí está tu Chorreada’. De ahí nació todo”, continuó.
Hoy, Metálico pone en riesgo su carrera, en el mano a mano por el retiro ante Virus, durante la función de El Juicio Final del Consejo Mundial de Lucha Libre.
“Te soy sincero, lo dudé. Pedro Infante es una imagen muy arraigada en la cultura mexicana; es muy querido, pero el que no se arriesga, no gana. Me fui a Mixcalco, me compré el overol, el lapicito, y dije: si estoy bendecido con el parecido, el bigote, las entradas, pues vamos”, relató.
Luego de perder su máscara, Metálico creó una conexión con los aficionados, que defenderá a muerte en la Arena México.
Por Alexis Hernández
