Durante la Audiencia General de este miércoles, el Papa Francisco continuó con su catequesis del Padre Nuestro, habló de la última petición de esta oración, “líbranos del mal”, donde no sólo es pedir que no permita caer en tentación, sino también de ese mal que habita en la realidad.
“Queridos hermanos y hermanas, hoy reflexionamos sobre la última invocación del Padre nuestro que dice «Líbranos del mal». No basta pedir a Dios que no nos deje caer en la tentación, sino que debemos ser liberados de un mal que intenta devorarnos”, dijo.
Y continuó afirmando que la oración cristiana es consciente de la realidad que le rodea y pone al centro la súplica a Dios, “especialmente en los momentos en el que la amenaza del mal se hace más presente”.
Habló de la existencia del mal, que no es obra de Dios. “Hay un mal misterioso, que ciertamente no es obra de Dios, sino que penetra silenciosamente entre los pliegues de la historia. A veces parece tomar ventaja: en algunos días su presencia parece más nítida que la de la misericordia de Dios”, dijo el Santo Padre.
Ratificando que la forma de vencer al mal, es el perdón. “Pidió a Pedro de envainar la espada, aseguró al ladrón arrepentido el paraíso y suplicó al Padre el perdón para los que lo condenaban. De ese perdón que vence al mal, nace nuestra esperanza”.
El Papa Francisco durante su mensaje en español a todos los peregrinos provenientes de España y Latinoamérica, les pidió que compartan y enseñen la oración del Padre para poder vivir la paz.
“Los animo a que recen con espíritu renovado la oración que el Señor nos dejó, y a que la enseñen a cuantos los rodean, para que, reconociendo a Dios como Padre, nos conceda la paz, el más preciado don del Resucitado, más fuerte que ningún mal”.