El clásico joven hoy es un círculo vicioso, es la misma historia en la cual el Cruz Azul promete e ilusiona de inicio, hasta que el América se pone su traje de verdugo. Bajo este rol de papeles, anoche las Águilas remontaron a La Máquina y vencieron (3-1) en la ida de los cuartos de final.
La crisis cementera en esta rivalidad se acrecentó, tomando en cuenta que son ya 15 partidos sin derrotar a los azulcremas, y que es este equipo el que lo superó en la más reciente final del Apertura 2018.
El choque arrancó con polémica, tras una jugada en la que Agustín Marchesín se barrió y con sus piernas impactó las rodillas de Orbelín Pineda. Segundos después, el portero americanista pareció derribar con sus brazos a Yoshimar Yotún, pero el silbante Jorge Isaac Rojas dejó correr. Luego de esta acción, Pineda abandonó el terreno de juego por lesión.
Pero La Máquina, posteriormente, recibió justicia con una mano de Jorge Sánchez, quien le regaló a los celestes el penalti que no se decretó minutos antes; lo anterior, justo en el momento en el que los aficionados azulcremas encendieron sus celulares en el Azteca, para recordar los 13 títulos de su equipo.
Así, desde los 11 pasos, Milton Caraglio le hizo su primer gol a las Águilas, al 14’, y cortó la racha de su club sin marcar en esta rivalidad.
Sin embargo, así como un error azulcrema abrió el marcador, un desacierto cementero permitió la paridad. Luego de un tiro de esquina conectado por Bruno Valdez, el desvío de Igor Lichnovskypuso el autogol para los de La Noria y con ello el 1-1, al 21’.
Ya cuando expiraba la primera parte, el colombiano Roger Martínez sacó un disparo de zurda que le dio la remontada al América (46’).
Fue el 9 americanista quien se encargó de incrementar la ventaja y encaminar a las Águilas a las semifinales, con el doblete que convirtió a los 74 minutos, para el 3-1 final.