Un estado sin frontera terrestre heredará parte de la crisis migratoria.
Cientos de indocumentados que llegan a Estados Unidos a través de la frontera con México serán enviados cada mes al Sur de Florida para aliviar la situación en esa región, afirmaron ayer funcionarios locales, que calificaron de la política de la Administración Trump como irresponsable.
El Alcalde del condado Broward, Mark Bogen, dijo que las autoridades de su comunidad y del vecino condado Palm Beach fueron alertadas por el Gobierno federal de que más de 100 inmigrantes serían enviados por avión cada semana a estos territorios, empezando dentro de 15 días.
No se han designado albergues y no hay financiamiento federal asignado para alojar, alimentar o protegerlos, agregó Bogen.
El Alcalde demócrata aseveró que la medida supone una crisis humanitaria, y advirtió que muchos podrían convertirse en indigentes.
"Si el presidente no nos provee con asistencia financiera para albergar y alimentar a estas personas, estará creando un campamento de personas sin hogar", aseveró Bogen.
El jefe de la Policía del condado Palm Beach, Ric Bradshaw, dijo que fue notificado de los planes en la oficina de la Patrulla Fronteriza en Miami, y que un total de mil personas por mes serían traídas a los dos condados desde el área de El Paso, Texas.
Agregó que unidades familiares de migrantes serían procesadas en ambos condados de Miami, se les entregaría una notificación para comparecer ante la corte y luego serían liberados en la comunidad.
El Alcalde de este condado, Mack Bernard, anunció que contactaría al Gobernador republicano Ron DeSantis, ya que la carga sobre su condado será enorme, específicamente en el sistema educativo.
El Presidente Donald Trump insinuó el mes pasado que estaba sopesando liberar a "inmigrantes ilegales" en las llamadas ciudades santuario para castigar a sus enemigos demócratas en el Congreso por no actuar para solucionar los problemas en la frontera.
Aunque en el pasado el Departamento de Justicia ha enlistado a Broward y a Palm Beach como jurisdicciones santuario -y ambos son bastiones demócratas-, las autoridades en ambos condados han dicho que están cumpliendo con las solicitudes federales para aplicar las leyes de inmigración.
La medida se toma mientras un creciente número de cubanos se han sumado a los migrantes de Centroamérica que intentan llegar a Estados Unidos a través de la frontera con México, creando un enorme rezago de personas que esperan del lado mexicano durante meses para su oportunidad de solicitar asilo.
En días recientes, las autoridades estadounidenses han utilizado autobuses y aviones para transportar a los migrantes de zonas menos saturadas, como Colorado, para ser procesados.