Por: Juan Garduño
El jueves 2 de mayo de 2019, las autoridades de la UAM y el SITUAM tuvieron la vigésimo primera reunión de reconciliación para levantar la huelga. La Universidad ofreció el 75% de los salarios caídos y el 100% del pago de las prestaciones, sin embargo, la representación del sindicato no aceptó, pues tenía que consultarlo con su “base”. El viernes 3 de mayo se llevaron las votaciones, en cada unidad de la universidad, para de aceptar el 75% de los salarios caídos y levantar la huelga, o exigir el 100% de los mismos manteniendo el movimiento. Las votaciones estuvieron llenas de irregularidades, al más puro estilo del charrismo mexicano. Primero, como se ha visto en las negociaciones, cuando alguien que opina diferente, cierto grupo radical, emulando a los borregos de La rebelión de la granja de granja, empieza a gritar “100% de salarios caídos, 20% de aumento salarial”, sin escuchar a la oposición. En segundo lugar, utilizando los estatutos de su sindicato al más puro estilo farisaico, expulsaron a quienes querían levantar la huelga, en su mayoría académicos. Por último, en la Unidad Xochimilco se ganó la votación para levantar la huelga, pero como no les pareció el resultado, lo anularon acusando que no había condiciones para considerarlo válido.
El problema cada vez cobra más tintes políticos, la evidente fractura interna del SITUAM, la intransigencia de sus radicales, el abandono del cuidado de las instalaciones universitarias, que ya cobró su primer saqueo en la Casa de la Primera Imprenta, son clara muestra de ello. El sindicato ha roto con gran parte de su base, como se acusa en las redes sociales, con el alumnado que ha sacado diferentes comunicados exigiendo su reconocimiento y con los académicos. Sin asumir su responsabilidad, el sindicato acusa al rector general de promover este tipo de choques, lo cierto es que sus miembros, además de alumnos que sí los apoyan, no han tenido empacho en insultar por redes sociales a quienes no están con ellos.
Está huelga tiene daños colaterales que no fueron calculados por el sindicato, por ejemplo, el saqueo de la Casa de la Primera Imprenta, después de tres meses sin pago, los trabajadores ya no tienen derecho a servicios médicos en el ISSSTE, y las pérdidas de la institución; además, y más importante, la pérdida del trimestre de los alumnos. Cabe resaltar el caso de los alumnos de posgrado, quienes tienen una beca CONACYT que les obliga a entregar resultados periódicamente, no lo podrán hacer debido a esta situación, por lo que seguramente la perderán. Sin embargo, para el SITUAM, esto solo es parte de la sangre inocente que debe ser derramada en su “justa lucha salarial”.
