Cinderella Man: Andy Ruiz, campeón mexicano de peso pesado - Ecos del Estado

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03 junio 2019

Cinderella Man: Andy Ruiz, campeón mexicano de peso pesado


Por: Juan Garduño

Hasta hace un mes, fuera de los conocedores del boxeo, Andy Ruiz era un total desconocido. Fue anunciado como reemplazo para pelear con Anthony Joshua, aquel boxeador de peso completo que despojara de sus cinturones al legendario Wladimir Klitschko, retirándolo de esa forma. Las apuestas no favorecían al mexico-americano, lo tenían 31 a 1. Era una misión prácticamente imposible. Nadie creía que tuviera posibilidades. La leyenda mexicana, Julio César Chávez, le daba dos o tres rounds competitivos y pensaba que perdería; el comentarista Jorge Eduardo Santos decía que Ruiz era bueno, pero que estaba un escalón abajo, que solo tenía que dar una pelea competitiva y digna. Los únicos que esperaban la victoria era el propio Andy Ruiz y su equipo.

El Madison Square Garden estaba abarrotado por un público inglés que apoyaba a su campeón, pocos eran los seguidores del retador. Muchos habían hecho burla del físico del retador y de sus posibilidades para ganar. Todo estaba dispuesto para una fiesta para presentar en Norteamérica al campeón europeo.

Desde el primer round, Andy persiguió a Joshua, con el jab al frente, devolvía los pocos golpes que, el ahora excampeón, le lanzaba; el británico se daba su tiempo, con un ritmo semilento, mientras el mexicano ejercía presión. El segundo round continuó con la misma tónica, un Ruiz que perseguía al europeo, con ráfagas de golpes esporádicas. Hasta este momento, los comentaristas ingleses hacían mofa del cuerpo del retador. Para el tercer round se encendieron los fuegos artificiales, tras un violento intercambio, con uper de izquierda, el campeón mandaba a la lona a su retador. Andy no lo podía creer ni quedarse con ese golpe, tan pronto como se levantó, se fue al intercambio, recibiendo un par de golpes más, los cuales, lejos de amilanarlo, lo encendieron más y en una furiosa combinación de golpes, puso en la lona al campeón, devolviéndole la cortesía. El inglés no lo creía, sonrió en la lona y se levantó. El round siguió con el retador persiguiendo al campeón, que no se recuperaba, para el final del round Andy volvió a poner en la lona al atlético Joshua, pero la campana lo salvó. El descanso del round no alcanzó para que el campeón se recuperara, un retador más fuerte fue hacia el frente a golpearlo, pero a medio round ambos tomaron aire. El inicio del quinto round fue lento, ambos tomando aire y parecía que el campeón retomaba la pelea, pero hacia la segunda mitad del round, Andy fue al ataque, haciendo sangrar por la nariz al peleador europeo. El sexto round fue la presión del retador, que esporádicamente recibía golpes, pero que no retrocedía, ante un Anthony que volteaba a ver a su esquina asustado y como preguntando “qué hago”. El séptimo fue la conclusión, Andy al ataque depositó en la lona al campeón por tercera vez, éste no sabía lo que pasaba, su esquina no lo animaba ni le daba consejos. Antes de que Joshua se recuperara visitó por segunda vez la lona en ese round, sumando cuatro caídas en la pelea. No pudo recuperarse ni dio muestras de querer pelear, lo que obligó al réferi a parar la pelea, en lo que es la sorpresa del año y quizá la de al menos tres décadas.

La fortuna, convertida en hada, le concedió a Andy Ruiz su noche, pero él no esperó a que sonara la doceava campanada para hacer su sueño realidad. Tras el triunfo, Anthony Joshua se comportó como un grande, reconociendo el claro triunfo de su retador y no restarle ningún mérito. Se espera la revancha directa en noviembre o diciembre de este año, pero en Inglaterra. Andy Ruiz, feliz por la victoria, mostró su regocijo con sencillez y humildad, al igual que lo han hecho otros campeones mexicanos. Los ojos del mundo entero voltearon a verlo, tanto Canelo como Pacquiao lo felicitaron en redes sociales.

Las claves del triunfo fueron tres, desde mi perspectiva. Primero, Andy siempre fue al frente y devolvió al por mayor cada ataque que recibía, nunca se quedó con nada. Segundo, el golpeo al cuerpo, justamente al final del sexto round clavó un gancho de derecha, que fue clave para que el británico no se recuperara. Tercero, la esquina del en ese momento campeón no tenía un plan, no sabían contra quien estaban peleando ni cómo contrarrestar su poder, los consejos en la esquina y la desorientación de Joshua en el ring lo dijeron todo. Sin embargo, esto último no demerita a Ruiz, quien subió e hizo su trabajo.

Lo histórico de esta pelea, además de la sorpresa, es que coloca al primer campeón mexicano de los pesos pesados, nunca había habido uno. Lo más cercano a un campeonato era “El Pulgarcito”, Manuel Ramos retador de Joe Frazier, noqueado en el segundo round. Andy Ruiz representó olímpicamente a México como amateur en los años 2007 y 2008. Sus padres son de Mexicali y él tiene la nacionalidad mexicana, pese a haber nacido en Estados Unidos.


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