El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció este viernes que “en las próximas semanas” se va a poner en marcha el proceso de ratificación parlamentario del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y Canadá (CETA), que en contra de algunos temores iniciales está dando buenos resultados.
“El balance del CETA es positivo”, subrayó Macron en una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, al término de una entrevista entre ambos en el Palacio del Elíseo en París.
El presidente francés insistió en que no se han materializado los desequilibrios que algunos anticipaban, en particular en el sector agrícola y con las importaciones de carne canadiense.
Aseguró que el CETA “es compatible” con la preservación de las normas sociales y sanitarias en Europa.
“Suscitó temores” -argumentó- pero el “trabajo ejemplar” que han llevado a cabo Canadá y Francia para clarificar algunos puntos “ha permitido levantar malentendidos”.
Sobre todo respecto al derecho de las empresas a recurrir a tribunales de arbitraje privados para resolver litigios entre inversores y Estados en lugar de acudir a los tribunales ordinarios, que les podrían ser más adversos. “Se ha atajado el riesgo de una desestabilización a medio plazo”, indicó.
Trudeau, por su parte, dijo que el compromiso de Macron para que Francia ratifique el acuerdo y que el procedimiento se inicie en la Asamblea Nacional este verano “es una muy buena noticia para Francia y para Canadá”.
Según el primer ministro, el CETA, “el más ambicioso” de los acuerdos de libre comercio que se han suscrito en el mundo, “crea buenos empleos para la clase media” y preserva el derecho de los Estados.
Este acuerdo se firmó en octubre de 2016 y entró en vigor con carácter provisional en septiembre del año siguiente, en espera de que los países de la UE lo ratifiquen. Menos de la mitad lo han hecho hasta ahora.