En 2008, expertos en conservación determinaron que Las dos Fridas, el cuadro que Frida Kahlo pintó en 1939 y el más emblemático del arte mexicano, debía permanecer inamovible en México por su fragilidad. Los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, sin embargo, consintieron sacar la obra del Museo de Arte Moderno (MAM) al menos en cuatro ocasiones, para formar parte de exposiciones internacionales.
“Yo me opuse terminantemente pero creo que fue un acuerdo diplomático o algo así y bueno, pues me tuve que plegar a la decisión”, recuerda la crítica y curadora de arte, Sylvia Navarrete, quien fungió como directora del MAM hasta diciembre de 2018.
Durante su gestión La dos Fridas estuvieron fuera de México durante 11 meses a pesar de su fragilidad: cinco en el Grand Palais, de París, y seis en el Dallas Museum of Art, en EU. A pesar de seguir estable, la experta dice que el cuadro que Frida pintó el mismo año en que se divorció de Diego Rivera, no debe viajar más.
“Más allá de la importancia de quién solicita la obra, más vale prevenir, es una de las piezas más importantes de la modernidad, a largo plazo es lógico que si sigue viajando, se va deteriorar, es una inconsciencia”, considera. Las dos Fridas es monitoreada constantemente, sobre todo desde 1991 cuando se detectó que “había craquelados que corrían el riesgo de desprenderse”.
De acuerdo con el último dictamen aplicado a la pieza, en noviembre de 2018, y cuya copia obtuvoEl Heraldo de México a través de una solicitud de información pública, “la obra presenta estabilidad en los diversos elementos y estratos pictóricos”.
Pero aún con ese estado general, los expertos del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam) detectaron al menos una decena de deterioros sobre el lienzo y cuatro más en el marco que sostiene la pieza, valuada en 50 millones de dólares.
Faltantes de los empastes, presencia de material ajeno, manchas cuyo origen no está claro e incluso pequeñas áreas con faltante superficial de color, forman parte de las imperfecciones. En el marco, determina el documento: “La cantidad de deterioros y faltantes han aparecido de manera exponencial, por lo que se hace hincapié en la importancia de evitar la manipulación, así como cuidar y almacenar únicamente de manera colgada”.
A estas alturas, todo actúa en contra del cuadro: su edad, las vibraciones y los cambios bruscos de temperatura, de humedad y de luz. También la técnica que Frida utilizó cuando pintó la obra: “El área más frágil es la parte izquierda porque la falda blanca en un principio era magenta y Frida la volvió a pintar pero no aplicó antes una capa de filtración lo cual hace que haya mayor craquelado en esta área”, dice la curadora. Las dos Fridas sigue siendo la obra mexicana más solicitada en el mundo, pero también la más negada, se le ha negado por ejemplo a países como Italia.
En caso de aceptar el viaje, México solicita la fabricación de una caja doble especial, con material amortiguante térmico; también debe viajar acompañada de un comisario y ya en la sede donde será exhibida, debe contar con un custodio permanente, con un detector de proximidad a 150 centímetros de la obra y la luz no debe rebasar los 150 luxes, entre otras medidas. Navarrete agrega que además de la fragilidad del cuadro, un país debe mantener en su territorio la que considera su obra más emblemática por respeto al público que viaja para conocerla.
“No se presta porque es lo que la gente va a ver. En 2017 el público estaba furioso, había gente que decía, yo vengo desde Japón a ver esta obra. También hay un respeto al público, fue a una exposición importante, pero es la obra más famosa, la que está en el imaginario colectivo y la que la gente quiere ver”, dice.