Por Lizeth Gómez de Anda
La idea y desarrollo conceptual de una obra no necesariamente van a la misma velocidad del proceso que permiten concretarla. Plinio Ávila (Zacatecas, 1977) se adhiere a esta premisa para hacer una radiografía a las pinturas chinas realizadas en masa, que exhibe en el Museo de Arte Mundial de Beijing.“Tengo una educación muy tradicional dentro de la pintura, de gráfica, litografía. Pero no sólo me pongo a pintar, hay un proceso de lo que voy a hacer, de mucho estudiar, no sólo técnica, sino el concepto detrás de lo que voy a hacer, por qué y que tenga sentido”, dijo a El Heraldo de México.
En el camino teórico de búsqueda y aprendizaje, Ávila encontró la materia prima para su trabajo: primero, el texto Destruir la pintura, de Louis Marin, en el cual analiza el concepto “arcadia”, los paisajes ideales del neoclasisimo francés y, después, decenas de rollos de obras realizadas por los pintores de Shenzhen.
La serie titulada Diagramas, es una reflexión entre el arte y la masificación de obras que realizan en el barrio de Dafen, provincia en el sur de China, donde todos se dedican a pintar al mayoreo, con especialistas en hacer árboles, cielos o mares.
“El proyecto en general habla del concepto de belleza a nivel cross-cultural, habla de la historia de la pintura, de la economía de la maquila y de la relación que hay entre el comercio y la producción occidente-oriente”, detalló.
“Son pinturas decorativas que se pueden comprar en 30 dólares. Me pareció llamativo por muchos aspectos. No sólo el económico, sino el político, gente trabajando en masa para producir estas pinturas de forma tan mecánica, para un ojo occidental”, expuso.
El proyecto fue realizado en 2017, pero pensado y planeado ocho años antes; el artista utilizó la teoría de Marin para ver si en las obras realizadas a granel se aplicaban esas estructuras y observó que en su mayoría coincidían. Es decir, estaban bien ejecutados.
Tomado de Heraldo de México