El físico experimental mexicano Luis A. Orozco derramó algo de su considerable sapiencia en materia de mecánica cuántica al dictar la conferencia “De los experimentos imaginarios a la información cuántica”.
Al iniciar su disertación, el docente de la Universidad de Maryland aseveró que “todo está hecho de partes”Estudiantes, profesores, académicos, investigadores y público interesado en el quehacer científico, abarrotaron el auditorio de El Colegio Nacional para escuchar a Orozco, quien entre otras frases que quedaron para la posteridad mencionó que como todas las ramas del pensamiento humano inteligente “la mecánica cuántica tiene su propio lenguaje”. Sin embargo, el científico advirtió que a diferencia de otras áreas de las Bellas Artes, la ciencia y la tecnología, “este lenguaje, que es el mejor que tiene la humanidad, nos sirve para entender, conocer y describir la naturaleza microscópica.
Tiene, asimismo, reglas muy propias y particulares, y, a pesar de eso, es un lenguaje que no puede ser perfecto”. La conferencia, inscrita en el ciclo “La mecánica cuántica”, tendrá este viernes a las 18:00 horas una nueva sesión con Orozco y su ponencia
“El francio a 80 años de su descubrimiento”, que será coordinada por el geofísico Jaime Urrutia Fucugauchi y el escritor Juan Villoro, ambos miembros de El Colegio Nacional. La entrada siempre es libre. Luis A. Orozco recordó que oficialmente la mecánica cuántica nació el 7 de octubre de 1900 y se debe a Max Planck. “Una de las aportaciones más interesantes de esa primera revolución cuántica fue el transistor, y con ese invento dio inicio la vertiginosa era de la información; y así como todo está hecho de partes, también lo está la información”. Mencionó que la física moderna tiene entre sus orígenes a la mecánica cuántica, que es de inmensa utilidad, precisamente, por su lenguaje matemático, “siempre necesario para que podamos entender la naturaleza microscópica.
Las primeras computadoras cuánticas fueron de bulbos, luego de iones súper conductores, y las del futuro serán de silicio”.
La conferencia transcurrió salpicada de datos, fechas y lugares donde de una o de otra forma la mecánica cuántica ha estado presente.
En ese viaje por el tiempo y el espacio, Orozco compartió que “un teléfono celular actual tiene 10 a la décima potencia de transistores, más de los que se fabricaron en los cinco años posteriores a su invención”.
Informó a los presentes que en los años iniciales de la mecánica cuántica no era posible el control individual de un átomo o un electrón, consecuentemente, nacieron en la mente de los físicos los llamados “experimentos imaginarios” que tuvieron y tienen como finalidad “demostrar las predicciones de la mecánica cuántica en el mundo microscópico”.
Con el inexorable paso del tiempo, en la última década del siglo pasado, la ciencia hizo visible que el “enredamiento de la mecánica cuántica bien podría ser de utilidad masiva dentro del campo de la información, pues ya se contaba con iones y átomos individual”. Lo anterior dio paso a la información cuántica que revolucionó la vida de la humanidad, concluyó.