Narradores orales celebraron este domingo 30 años del Festival Internacional Cuéntalee México, con anécdotas y relatos de la literatura y de la tradición verbal como un homenaje a la palabra, la lectura y el imaginario de todos los tiempos.
En la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, cronistas de diferentes partes de México y América Latina contaron cuentos de Canadá, Argentina, Cuba, Colombia, Venezuela, Perú, España, Jamaica, de autores como Juan Rulfo, Alfonso Reyes, Elena Poniatowska, Juan José Arreola y Mónica Lavín.
En entrevista, el director de este evento, Armando Trejo Márquez, dijo que no es un festival monotemático porque la variedad es lo que provoca que la gente se acerque a distintos autores y categorías literarias.
Resaltó la celebración de tres décadas de este festival que tiene que ver con preservar un oficio milenario: contar cuentos, que fue realizado por el chamán, los juglares, los fabuladores árabes y los cuenteros de la tribu, entre otros.
Ahora, agregó, narradores orales contemporáneos profesionales dan vigencia a este oficio como una manera de divulgar las fuentes literarias y las tradiciones verbales; se trata de que la palabra recupere espacio de encuentro, comunicación y crecimiento para “seguirnos ilustrando sobre la esencia de la cultura, la historia y la literatura”.
En su opinión, estos 30 años de Festival son una hazaña, porque han podido preservar el valor de la palabra y le han dado a la narración oral una categoría de disciplina artística, igual que la música y la danza.
“Creemos que la cultura también tiene que ser fortalecida como oral y los narradores actuales son una suerte de cronistas contemporáneos de muchas cosas que posiblemente no se van a escribir, pero quedan en la memoria”, subrayó.
La narración oral, indicó Trejo Márquez, reafirma la importancia de la palabra hablada, ya que “logra que el espectador se sienta motivado a ciertos principios, en este caso a la literatura”.
Aunque en la actualidad se vive en una realidad donde las redes sociales absorben a las personas, este Festival es posible gracias al esfuerzo para transmitir y preservar el contar historias, señaló.
Armando Trejo destacó la labor de los intérpretes porque su formación es muy rigurosa, como la de un concertista, actor o bailarín; “el narrador oral debe tener bases sólidas y contar historias de manera profesional” y consideró que no puede ser una improvisación o divertimento, ya que, como cualquier disciplina, debe tener principios, visión del mundo y estética.
En la primera parte del Festival participaron Elsa Oralia González, Sara Rojo y Luz María Cruz, de México; Moisés Mendelewicz, de Costa Rica; María Sáenz, de España-Canadá; Lili Meier, de Argentina, Alexandra Beugnet de Francia y Amina Blackwood de Jamaica, entre otras.