Las consultas comerciales de alto nivel entre China y Estados Unidos concluyeron este miércoles en Shanghai sin avances inmediatos que muestren un progreso para terminar con una disputa de un año entre las dos mayores economías del mundo.
Los delegados estadounidenses, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin y el representante comercial, Robert Lighthizer, partieron de regreso a su país tras reunirse con sus homólogos chinos, el viceprimer ministro, Liu He, y el ministro de Comercio, Zhong Shan.
La Cancillería china culpó a Estados Unidos del fracaso en las negociaciones comerciales bilaterales, después de que el presidente Donald Trump advirtiera a Beijing sobre el estancamiento del diálogo.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular China, Hua Chunying, dijo en una conferencia de prensa que es Washington el que dio giros repentinos y cambió de postura en el curso de las conversaciones, según la cadena rusa de televisión RT.
De acuerdo con South China Morning Post, las primeras conversaciones cara a cara entre los principales negociadores comerciales de Beijing y Washington desde su suspensión en mayo duraron solo medio día, y no hubo mucho sobre la mesa de ninguna de las partes.
La delegación estadounidense llegó el martes a Shanghai para una cena de trabajo, antes de que las conversaciones comenzaran oficialmente el miércoles, sin embargo, la reunión concluyó temprano sin una señal de avance, pero sí con la disposición de continuar las discusiones.
Los observadores y asesores diplomáticos chinos consideraron como una medida simbólica la última ronda de negociaciones entre ambos países.
Wei Jianguo, exviceministro chino de comercio, dijo que las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China deberían basarse en el respeto mutuo.
"No podemos ver las negociaciones esta vez como capaces de resolver los problemas, pero necesitamos ver cómo podemos usar estas conversaciones para construir la confianza mutua, para resolver la desconfianza entre ambas partes", dijo.
Un asesor del gobierno chino dijo que Trump necesitaba un buen acuerdo para fortalecer su campaña presidencial y contrarrestar la presión económica a la baja, mientras que la economía general de China no era tan mala como se esperaba.