La cultura de los pueblos del mundo se ha configurado a lo largo de generaciones. Es el resultado de un continuo proceso de reflexión y análisis del legado de nuestros antepasados, practicado cotidianamente. Esta composición cultural se expresa a través de infinidad de prácticas, de creencias, mitos, es decir, de la vida.
El legado cultural pervive gracias a la memoria colectiva de las personas que habitan un lugar, que conservan sus tradiciones, los relatos, el recuerdo de un pasado en común.
El H. Ayuntamiento de San Felipe del Progreso en coordinación con Casa de Cultura inauguró la exposición: “La cosmovisión de nuestra cultura Mazahua arropa a La libela, Etiopía África y nos conjuga en una dualidad en medio de la otredad”. Presentada por la profesora, de Los Ángeles California, Kerrie Elena Lloyd (Experta e investigadora de la Cultura Etíope) y el artista local Diego Estrada Romualdo.
El arte de La libela Etiopía, la segunda Jerusalén en África, muestra los espíritus que habitan entre las 11 iglesias ortodoxas, cópticas, cristianas, talladas en el siglo 12 de la roca volcánica que las rodea, elemento que conforma la vida de su pueblo.
Las iglesias fueron finalmente decoradas con símbolos iconográficos que se reconocen en todo el mundo. Cualquier persona buscando nuestras raíces cristianas puede observar en sus frescos y grabados la imagen del Rey Salomón, la Reina de Sheba, el Rey Lalibela, entre otras leyendas bíblicas.
El sincretismo que nos une, nos transporta a la vida de los mazahuas que comienza en casa donde la familia se reúne alrededor del fogón, un espacio donde fluyen las relaciones sociales y todo concluye a faldas de una ofrenda donde se presenta el olor y color de la muerte.
Es así como nuestros pueblos guardan su misticismo, en la memoria, los saberes, en las manos, en sus tejidos; cosmovisión infinita de generaciones. Es en sus manos donde se extienden los colores del sol, de la luna, de la lluvia, del río; así como enhebran largos mantos de estrellas, historias y vida.