Hace 15 años, la vida de Ángeles Ortiz se tornó en un extenso remolino de dolor: le diagnosticaron cáncer, y a causa de un conductor, tuvo un accidente en el que debieron amputarle la pierna izquierda.
Esos dos momentos desencadenaron una serie de eventos que pudieron hundirla, pero decidió que con cada causa, los efectos la harían más grande.
Hoy celebra la conquista de su cuarto título continental en el impulso de bala de los Juegos Parapanamericanos Lima 2019.
En 2004, el accidente en sí mismo ya era grave, pero al transmitirlo por televisión en su natal Veracruz, sus padres la vieron postrada en el suelo; a ambos les dio un infarto y su mamá falleció. Además, el culpable, un chico de 20 años, que conducía en estadio de ebriedad, no se hizo responsable de los gastos médicos, y cuando todo parecían pérdidas, Ángeles encontró la motivación para reinventar su vida a través del deporte.
“Tal vez, hay personas que están pasando por algún momento difícil, como lo he pasado yo, y les digo: no se rindan, cada día es una gran oportunidad de vida y la última palabra la tiene un ser supremo que para mí se llama Dios”, expresó la lanzadora, bicampeona paralímpica y campeona mundial.
Tras la fuerte crisis que representaron tantas pérdidas, Ángeles encontró en el atletismo una oportunidad de reinventar sus sueños, cuando la deportista Estela Salas la invitó a practicarlo.
Durante Lima 2019, retuvo por cuarta ocasión el cetro con nuevo récord (10.57 metros).
Hace 15 años, ni el peor diagnóstico eclipsaría su voluntad.
“Cuando nos aferramos a la vida y tenemos esperanzas, ilusiones, sueños y trabajamos por ellos con garra, no puedes sentarte a pensar en que vas a morir en un año, como a mí me dijeron delante de mi madre en 2004; ni tampoco puede frenarte una pierna; debes seguir adelante, porque tienes talentos que debes multiplicar, trabajándolos con disciplina y con pasión”, compartió la atleta, cuya meta es retener el cetro paralímpico en Tokio 2020.
