Mientras los políticos estadounidenses denuncian una “epidemia” creada por opioides, en especial sintéticos, su consumo de drogas parece lejos deabatirse.
En 2016 los estadounidenses gastaron cerca de 145 mil millones de dólares en cocaína, heroína, marihuana y metanfetaminas, afirmó un reporte de la Corporación Rand.
Pero al mismo tiempo, en 2018, se estima que murieron más de 48 mil personas como resultado del consumo de opiáceos, incluso unas 40 mil por el uso de fentanil y otros opiáceos artificiales que llegan por correo desde China y a través de la frontera con México, según la diputada Kathleen Rice, a cargo del subcomité de Seguridad Nacional para Seguridad y Facilitación Fronteriza.
De acuerdo con investigadores, dentro y fuera del Congreso estadounidense, el estudio del mercado de drogas se ha hecho más complicado tanto por la desaparición de algunas mediciones institucionales que eran consideradas útiles como por la naturaleza del mercado y de las drogas sintéticas.
Bennie Thompson, presidente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, dice que la decisión del presidente Donald Trump de enfatizar medidas antimigrantes ha tenido un impacto negativo en el control de trafico de drogas al reducir la cantidad de agentes de la Patrulla Fronteriza en las inspecciones antinarcóticos.
Un estudio de la Corporación Rand con apoyo de la Oficina Nacional para Políticas de Control de Drogas (ONDCP) calculó que entre 2006 y 2016, los estadounidenses gastaron entre 120 mil y 145 mil millones de dólares anuales en drogas. En comparación, en 2017 el gasto en bebidas alcohólicas en ese país fue estimado en 158 mil millones de dólares.
Según la fuente, el mercado del cannabis, tanto de fuentes ilegales como autorizadas por el estado, aumentó aproximadamente 50% entre 2006 y 2016, de 34 mil millones a 52 mil millones de dólares. Esa cifra es equivalente a casi el tamaño de los mercados de cocaína y metanfetamina combinados; el tamaño del mercado minorista de heroína ahora está más cerca del tamaño del de la marihuana.
El informe Rand consignó que después de bajar entre 2006 y 2010, el consumo de cocaína continuó disminuyendo lentamente hasta 2015, para aumentar en 2016. Los resultados sugieren que hubo 2.4 millones de personas que consumieron cocaína en cuatro o más días en el último mes en 2015 y 2016 y que el consumo creció en 2016 entre un número estable de usuarios a medida que bajó el precio por gramo puro.
Siempre según el análisis “Gasto estadounidense en Drogas ilegales, 2006-2016”, elaborado por un equipo encabezado por Gregory Midgette, de la Universidad de Maryland, el consumo de heroína aumentó aproximadamente 10 por ciento anual entre 2010 y 2016.
“Mientras que la mayoría de la heroína consumida en los Estados Unidos proviene de las amapolas cultivadas en México, la introducción de opioides sintéticos como el fentanilo en los mercados de heroína ha aumentado el riesgo de usar heroína y complicado el análisis de mercado”, precisó.
Hubo un aumento constante en la cantidad de heroína incautada dentro de los Estados Unidos y en la frontera suroeste desde 2007 hasta 2016.
Los cambios en la composición de los usuarios de heroína, que posiblemente impliquen un mayor uso entre personas sin antecedentes penales, han aumentado la incertidumbre en torno a las estimaciones.