En un breve comunicado, el gobierno del gigante asiático se opuso a la ratificación de dicha normativa en los comités de la Cámara de Representantes y el Senado estadounidenses.
Días atrás, las autoridades de Beijing calificaron la presentación de esa ley como un acto injerencista y exigieron al Congreso norteamericano detenerla de inmediato.
China deplora los constantes intentos de Washington por interferir en sus asuntos internos y denunció el respaldo financiero que fuerzas externas, especialmente de la nación norteña, brindan a sectores de la isla china de Hong Kong involucrados en las protestas violentas que hace más de tres meses perturba la vida de esa región.
La citada Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong en el Congreso de los Estados Unidos pide una evaluación anual de la autonomía de esa zona con la amenaza de imponer restricciones si los resultados son desfavorables.
Tanto el ejecutivo de la Región Administrativa Especial de Hong Kong (RAEHK) como el de China catalogaron la presentación de ese documento como una práctica 'inapropiada' y anunciaron contramedidas si el proyecto recibía la aprobación de los legisladores estadounidenses.
Desde que iniciaron las protestas violentas, que han causado heridos, cuantiosos daños materiales y empañan la imagen de la RAEHK, China deplora los constantes intentos de Washington por inmiscuirse en sus asuntos internos.
Beijing y el gobierno hongkonés denuncian la existencia de una agenda separatista como parte de las protestas violentas, que mutaron de rechazar la ya eliminada ley de extradición a convertirse en revueltas con demandas sociales, políticas y económicas.
Aunque la citada legislación ya fue sepultada, la agitación persiste y diversas voces dentro y fuera de esa ciudad deploran las exigencias secesionistas de los manifestantes, apoyados por fuerzas externas, principalmente de Estados Unidos y Europa.