El “Tributo a la luz” realizado en conmemoración de los ataques de Nueva York el 11 de septiembre del 2001 ha afectado a 160 mil aves migratorias al año, de acuerdo con expertos.
La intensidad de los 88 focos de xenón provoca que las aves migratorias se desorienten, quedando “atrapadas” entre las luces o fallecen chocando contra edificios.
Esto sucede porque la ceremonia coincide con la migración anual de aves, como gorriones, colirrojos, currucas amarillas, y otros animales como murciélagos.
Por la ceremonia, entre 2008 y 2016 las luces han afectado a 1.1 millones de aves, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Oxford.
El grupo Audubon de Nueva York se encarga del monitoreo de estos animales. Un portavoz, Andrew Maas, indica que es un tema bastante delicado.
La organización trabaja en conjunto con el monumento al 9/11 para monitorear a las aves y asegurar su protección cada año. Cuando llega a contar unas mil aves alrededor del monumento, apagan las luces por 20 minutos para que los animales se estabilicen.
Si bien el “Tributo a la luz” es un peligro temporal para las aves migratorias, los rascacielos con ventanas reflectantes son una amenaza permanente, donde fallecen otras 230 mil.
Esta ceremonia se realizó unos días en 2002 y se decidió hacerla anualmente desde 2003, en memoria de las casi tres mil personas que fallecieron en el ataque de las Torres Gemelas.