Acabado el culebrón de su fichaje por el Barcelona, Neymar y el París Saint-Germain comienzan ahora la operación de reconquista de la afición parisiense, que puede vivir el sábado su primer capítulo en el duelo en el Parque de los Príncipes ante el Estrasburgo.
No es seguro que Neymar regrese en ese encuentro. El PSG puede optar por un retorno más suave, hacerle volver lejos de su estadio para quitarle presión.
La tensión entre el brasileño, el jugador más caro de todos los tiempos, y los aficionados es evidente. Se puso de manifiesto durante el primer partido de la temporada en París, el 11 de agosto pasado contra el Nimes, cuando proliferaron las pancartas contra el jugador, que para entonces ya había hecho saber su intención de cambiar de aíres.
Ante el Estrasburgo, el primer duelo tras el cierre del mercado de fichajes y su frustrada salida, la grada tendrá de nuevo algo que decir.
Por eso, el PSG podría optar por retrasar el retorno de un jugador que no se enfunda la camiseta del club desde el pasado 11 de mayo.
Neymar se perderá de todas formas la visita del Real Madrid en Liga de Campeones el 18 de septiembre, al purgar un partido de sanción.
En ese caso, su retorno tendría lugar el 22 de septiembre en Lyon, lejos de los gritos de los aficionados. Así, Neymar tendría tiempo de desplegar su talento, el arma con el que el PSG confía en que reconquiste a la grada.
Solo así se entendería que no participara en el duelo contra el Estrasburgo. En París esperan al brasileño el próximo jueves, tras haber disputado dos partidos con su selección, los primeros desde que se lesionó el pasado 6 de junio en un amistoso frente a Catar que le privó de la Copa América.
En el primero, ante Colombia, marcó un gol y dio una asistencia, lo que demuestra que su estado de forma es óptimo. Ante Perú jugó solo la última media hora.
Neymar ya estaba a disposición del entrenador del PSG, Thomas Tuchel, desde hace semanas, pero el técnico alemán repetía una y otra vez que no entraba en sus planes hasta que no se aclarara su situación en el club.
Después de que las negociaciones con el Barcelona fracasaran y que el jugador admitiera que seguirá esta temporada en el equipo, ya no hay excusa para convocarle.
El diario "L'Équipe" asegura que el PSG no ha preparado ninguna operación de comunicación para amortiguar el retorno del jugador, pero señala que ha contactado con los grupos de ultras para convencerles de que sean tolerantes con el jugador.
Algunos de ellos han aceptado, pero no la mayoría, por lo que el club podría dictar sanciones en caso de que la situación degenere.
El clima es de tensión. El jugador forzó mucho su salida, con declaraciones que le alejaron de los aficionados. Como cuando declaró que el mejor recuerdo de su carrera era la remontada que consiguió cuando todavía era jugador del Barcelona frente al PSG, una herida abierta en el corazón de la capital francesa.
El jugador no ha ocultado su deseo de regresar al Barcelona. Ni siquiera después de que se rompieran las negociaciones.
El padre y representante del futbolista lo volvió a indicar en Escocia este martes.
"Las negociaciones entre los dos clubes no han terminado. Un brasileño solo quiere ser feliz allí donde lo es y era muy feliz", aseguró en declaraciones a Fox Sports.
Unas afirmaciones que no van a contribuir a que su hijo viva una temporada de comunión con la grada de su equipo.