Se organizan a través de apps. Los integrantes del movimiento prodemocracia de Hong Kong han aprovechado la tecnología para empoderar sus protestas y para cuidarse.
Comenzaron con mensajes cifrados en Telegram, pero ante los supuestos ataques del régimen chino, migraron hacia aplicaciones que tiene un fin específico, como la de juego Pokemon Go o la de citas Tinder para congregarse.
En Tinder se crean perfiles con detalles de las concentraciones, a la información se puede acceder haciendo “match”. Con Pokemon Go se invita a eventos masivos para supuestamente buscar pokemones, pero en realidad llaman a manifestarse.
Según reportes del South China Moring Post, también se usa AirDrop, el sistema de transferencia de Archivos de Apple, en lugares públicos y en los trenes o el Metro, una especie de “volanteo virtual”.
Para los hongkonéses, el proteger su identidad es de vital importancia, pues temen represalias en sus empleos, y ahora el riesgo es mayor, luego de que el pasado 5 de octubre entrara en vigor una ley exprés para prohibir el uso de máscaras en las manifestaciones.
Las movilizaciones estallaron en junio pasado contra un proyecto de ley de extradición que pretendía enviar a sospechosos desde el territorio semiautónomo a China continental, pero evolucionaron en exigencia de democracia y en rechazo al régimen comunista.
Hong Kong, ex colonia británica, fue devuelta a China en 1997, pero hasta 2047 se integrará completamente al régimen comunista de Pekín.
En cuatro meses la violencia ha escalado a tal grado que el gobierno hongkonés ya considera pedir la intervención del Ejército chino.
En 2014, con el “Movimiento de los Paraguas” para exigir elecciones más abiertas, Facebook fue utilizada para organizar las protestas, pero también se aprovechó para ubicar a los líderes del movimiento, actualmente no hay líderes claros.
Hoy, la estrategia es diferente. De acuerdo con la prensa, conductores de Uber desactivan el GPS cuando llevan a los jóvenes de vuelta a sus casas para evitar que sean ubicados.
A cuatro meses de estallar el movimiento, en vez de apagarse, se ha vuelto más violento. Autoridades de Hong Kong estudian vetar el acceso a internet durante las protestas para inhibir su organización. Analistas de Goldman Sachs calculan que en agosto pasado entre tres mil y cuatro mil millones de dólares de inversión huyeron a Singapur.