Existe una hamburguesa de la franquicia McDonald’s que junto a sus papas fritas son exhibidas como un gran tesoro en un hotel de Islandia, debido a que tiene 10 años sin descomponerse.
La última sucursal de la cadena de hamburguesas cerró el 31 de octubre de 2009 en ese país nórdico. Ese día Hjörtur Smárason tuvo la idea de comprar una hamburguesa con papas como recuerdo, y las guardó en una bolsa de plástico dentro de su cochera.
"Había escuchado algo acerca de que [la comida de] McDonald's nunca se descomponía, así que solo quería saber por mí mismo si esto era cierto o no", explicó.
Tres años después. Smárason recordó la hamburguesa y la checó, sorprendiéndose por encontrarla intacta. Tras ello, decidió donarla al Museo Nacional de Islandia, donde quedó resguardada durante un año.
Sin embargo, un especialista del museo le comentó a Smárason que no contaban con los recursos para conservarla.
"Creo que se equivocó porque esta hamburguesa se conserva sola" bromeó Smárason.
Durante su tiempo en el museo, algunos visitantes llegaron a comerse algunas de las papas fritas.
El hombre empezó a cuestionarse si debía tirar la comida, pero al considerarla un artículo de gran valor histórico, buscó algún otro lugar donde pudiera ser exhibida, terminando en el prestigioso hostal Bus Hostel en Reykjavík, la capital del país.
Bus Hostel presume en su página web ser el hogar de “la última hamburguesa McDonald’s en Islandia”. Incluso la tienen monitoreada por una cámara, la cual transmite las 24 horas a través de internet.
El personal del lugar bromea diciendo que esta transmisión en línea es “la más aburrida del mundo”.