El Partido Socialista español (PSOE), que ganó las elecciones el domingo pasado con mayoría simple, indicó ayer que quiere formar cuanto antes un gobierno “progresista” y busca “entenderse” con grupos como la izquierdista Unidas Podemos.
No obstante, el resultado marcado por un tenso telón de fondo de violenta crisis secesionista en Cataluña y un fuerte avance del ultraderechista Vox, dejó el panorama político español aún más fragmentado.
Los nuevos comicios causaron el hundimiento del partido liberal Ciudadanos (C’s) y la dimisión de su líder, Albert Rivera –cuyo partido bajó a 10 escaños desde los 57 de abril, mientras Vox se disparó de 24 a 52.
Más partidos (19) consiguieron esta vez representación en el Congreso y una decena de ellos tienen menos de 10 escaños en un Parlamento atomizado, donde aumentan pequeñas fuerzas independentistas, regionalistas y localistas.
En las calles de Madrid, ciudadanos españoles expresaron incertidumbre sobre lo que va a pasar.
Creo que estamos peor que antes, estamos más divididos”, expresó Antonio Prados, un policía de 44 años. “No sé, hay posibilidad de formar gobierno, pero no sé cómo les van a cuadrar las cifras”.