Esta tarde se presentó el belén y se encendió el árbol de Navidad en la Plaza de San Pedro, donde el Papa Francisco se reunió con las personas de la zona de Trentino y del Véneto que donaron los árboles junto con la figuras que representan el nacimiento del niño Jesús.
El Santo Padre agradeció a todas las personas que participaron, expresando que serán admirados por “numerosos peregrinos del mundo”, quedando expuestos hasta el final de las fiestas navideñas.
Francisco explicó que el belén, “es un signo simple y hermoso de nuestra fe y no debe perderse”, y que debe comunicarse de generación a generación, porque “es una manera auténtica de comunicar el Evangelio”.
“En un mundo que a veces parece tener miedo de recordar lo que realmente es la Navidad, y borra los signos cristianos para conservar sólo los de un imaginario banal, comercial”.
El Obispo de Roma les deseo una navidad de serenidad y fraternidad, “¡Qué la Virgen María, que acogió al Hijo de Dios en la debilidad de la naturaleza humana, nos ayude a contemplarlo en el rostro de los que sufren, y que nos sostenga en nuestro compromiso de ser solidarios con las personas más débiles y frágiles!”
El Papa Francisco habló sobre las plantas que fueron removidas, explicó que se plantarán 40 abetos para ayudar a la reforestación de la zonas afectadas del año pasado.
“El abeto rojo que habéis regalado representa un signo de esperanza, especialmente de vuestros bosques, para que se limpien lo antes posible y comenzar así el trabajo de reforestación”.
