Un tren de alta velocidad (TGV) que unía Estrasburgo, al noreste de Francia, con París descarriló este jueves por la mañana cuando circulaba a 270 km/h, dejando un saldo de 22 heridos, entre ellos el conductor en estado grave.
El accidente, que se produjo a unos 30 km de Estrasburgo, dejó “un herido en emergencia absoluta” y otro 21, de los cuales 18 “muy levemente” afectados, según la prefectura del departamento francés del Bajo Rin.
Un portavoz de la compañía ferroviaria francesa SNCF precisó que el conductor, “gravemente herido” víctima de un traumatismo dorsal, fue evacuado en helicóptero.
El tren de alta velocidad se descarriló entre Ingenheim y Saessolsheim, en el noreste de Francia, con 348 pasajeros a bordo, detalló la prefectura.
La locomotora del tren y los cuatro primeros vagones descarrilaron de las vías pero “el conductor consiguió accionar el dispositivo de frenado de urgencia para poner a salvo a los pasajeros“, dijo por su parte un portavoz de la SNCF.
En el momento del accidente, el tren circulaba a 270 km/h y descarriló por un “debilitamiento muy importante de un talud en el sector de Saverne”, según la compañía ferroviaria.
Cerca de un centenar de bomberos y unos 40 camiones fueron movilizados al lugar del siniestro, que se produjo unos 20 minutos después de que el tren saliera de Estrasburgo.
El alcalde de Ingenheim puso a disposición una sala de fiestas del pueblo para acoger a los pasajeros, informó el diario Dernières Nouvelles d’Alsace.
Alexandre Sergeant, un pasajero, explicó por teléfono a la televisión BFM que “de repente todos sentimos un impacto, y luego el tren estaba en la gravilla, siguió circulando un momento y empezó a inclinarse hacia un lado”.
“Estamos en el tercer vagón, todas las ventanas están rotas y nuestro vagón está fuera de las vías”, añadió.
Muchas personas notaron la sacudida, y algunas de ellas se quejaron de problemas de espalda, pero “no hubo una ola de pánico”, contó.
“¡Parecía como si estuviéramos en una lavadora!”, dijo otro pasajero, Philippe, en la radio local. “Los cristales estallaron. A priori no hay heridos graves, pero sí algunas contusiones”, añadió. “Estamos todos un poco en estado de shock”.
La SNCF informó que la circulación de los trenes entre Estrasburgo y París se había reanudado, desviando el tráfico por otras vías secundarias.
La compañía también anunció la apertura de una investigación interna.
Un TGV ya había descarrilado en 2015 en el Bajo Rin, en Ecwersheim, cuando efectuaba la última prueba de un tramo de la línea de alta velocidad París-Estrasburgo, dejando 11 muertos entre las 53 personas a bordo.