La persona infectada continúa viéndose y sintiéndose bien, mientras propaga la enfermedad a nuevos huéspedes.
El VIH y la sífilis, por ejemplo, son relativamente asintomáticos por una gran parte del tiempo en que son contagiosas.
Con el SARS-CoV-2, investigaciones recientes indican que el entre el 40% y el 45% de las personas infectadas son asintomáticas. Y estos portadores son capaces de transmitir el virus por un período más largo.
La covid-19 tiene otra similitud con muchas enfermedades de transmisión sexual. Su severidad no es la misma en todos los huéspedes y por lo general estas diferencias son dramáticas.
Hay evidencia de que la habilidad para luchar contra la infección difiere entre la gente. La severidad entre las cepas del virus también puede ser diferente, aunque aún no hay evidencia sólida al respecto.
Incluso cada cepa de SARS-CoV-2 puede afectar a la gente de diferentes formas, lo cual puede facilitar su propagación.