La pandemia mantuvo al mundo físicamente aislado durante los últimos meses. Todos ansiábamos el momento de poder caminar nuevamente por las calles y pasear en los parques, mojar los pies en el mar o reunirnos con familiares y amigos.
Nunca pensamos que casi al final del confinamiento las primeras imágenes que tendríamos que ver serían protestas descontroladas en respuesta al video dantesco de la muerte de George Floyd.
Angustia, desesperación, impotencia, miedo, ira, odio, dolor. Nada puede describir lo que cualquier ser humano puede experimentar al ver las imágenes. Parece increíble que ante los ojos de muchos se haya terminado con una vida.
Para aquellos que piensen que sucesos iguales acontecen todos los días y que la diferencia es que este fue documentado, podría concederles la razón de manera parcial.
Si bien todas las vidas son valiosas y todas las muertes son lamentables, el problema racial en Estados Unidos de América resurge con más fuerza que nunca.
Para los norteamericanos, el problema nunca ha terminado, es desconsolador escuchar historias en todos los ámbitos de la vida cotidiana que hacen referencia a la discriminación racial.
Las personas afroamericanas cuentan de viva voz que se enfrentan a situaciones de mal trato y racismo frecuentemente. Podríamos pensar que en pleno 2020 sería imposible que sucediera, pero la muerte de Floyd es una llamada de atención al mundo entero para recordar que la segregación racial nunca ha terminado.
En realidad la sociedad norteamericana se enfrenta a dos problemas distintos que convergen en una gráfica. El abuso de poder y el racismo. Estos son dos fenómenos que dentro del sistema de impartición de justicia han creado una zona cero que ha acumulado tanta presión que comienza a ser incontrolable.
La sociedad no podía guardar silencio ante la muerte de George y comenzaron a alzar la voz organizándose en protestas pacíficas, sin embargo se puede identificar perfectamente que a dichas concentraciones se han infiltrado células violentas que desvirtúan el objetivo de las marchas mediante motines, pintas, saqueos e incluso el ataque a las unidades y personal policiaco ha llegado a extremos en donde el linchamiento ha podido llegar a la quema de oficiales dentro de sus vehículos.
Llama la atención ver las pintas que se realizaron en las marchas violentas sobre los muros de las tiendas de lujo con frases como “eye 4 eye”, “fuck 12”, “fuck the rich” y “ACAB” entre otras.
La traducción evoca a la Ley del Talión y el desprecio por los ricos. En el caso de “fuck 12” se hace referencia a los cuerpos policiales pero en especial a los de la unidad antinarcótica y “ACAB” equivale a “todos los policías son unos malnacidos”.
Nada puede justificar la violencia y homicidio de ningún ser humano, eso no está en duda, lo que viene son movimientos sociales que podrían ser aprovechados por grupos ideológicos sobretodo cuando están cerca los tiempos electorales. Estamos en un momento en el que dichos disturbios pueden extenderse más allá de las fronteras de la Unión Americana.
Aún con cubre bocas, todos necesitamos respirar.
