Charlando, sonriendo y contando anécdotas, Chris Namús prepara meticulosamente una pelea que aún no tiene fecha.
La uruguaya vive para el boxeo y así lo demuestra en el histórico gimnasio del que salió Alfredo Evangelista, donde se prepara con la mira puesta en tres títulos que quiere llevar a casa.
Tras estar más de un año sin subirse al cuadrilátero, la boxeadora debía estar por estos días en Alemania para el combate que el 5 de septiembre iba a enfrentarla con la eslovena Kozin Ema por tres títulos mundiales.
Pero, igual que los planes del mundo entero en este 2020, el COVID-19 ha obligado también a suspender esta pelea.
Ella, sin embargo, continúa preparándose en el club Villa Española. En ese lugar donde la leyenda de Alfredo Evangelista, aquel púgil que en 1977 aguantó 15 asaltos ante Muhammad Alí por un cetro mundial, sobrevuela cada rincón y que ella considera “su segunda casa”, recibe a Efe para hablar de muchas cosas.
Su carrera, su vida privada, sus estudios en la Facultad de Medicina, la situación del boxeo en Uruguay y sus planes para un futuro no muy lejano son algunas de ellas.
GOLPES DE MUJER
Tras varios años practicando artes marciales, Chris Namús se decidió por el boxeo y fue una película la que le dio el empujón. A los 16 años, viendo ‘Girlfight’ (traducida como ‘Golpes de mujer’), la uruguaya encontró cuál sería su nuevo rumbo en el deporte, ese que la llevó por una carrera que define como “bastante loca”.
“Siempre fue ascendente por suerte. Obviamente tuve mis momentos malos y mis derrotas, pero siempre hemos ido a más”, explica quien debutó como profesional a los 19 años y hoy, a los 32 años, acumula 25 victorias y 5 caídas.
Campeona del mundo en su sexta pelea, Chris Namús marca ese momento como el comienzo de “un montón de cosas”, por ejemplo, haberse hecho conocida en un deporte que, desde su punto de vista, en Uruguay da las mismas posibilidades a hombres y a mujeres.
“La verdad que en el gimnasio las chicas son tratadas igual que los varones. Incluso en la selección uruguaya de boxeo hay un porcentaje representativo de cada género”, apunta.
EL BOXEO, UNA MEDICINA
Chris Namús lleva su carrera como púgil de la mano de otra igualmente esforzada y en la que está cursando su segundo año: la de Medicina.
Si bien en algún momento su sueño fue ser forense, hoy no lo ve tan claro y cree que la Deportología (Medicina del Deporte) podría ser una buena opción.
“Fue algo que siempre tuve pendiente. Terminé en 2006 el liceo, hice sexto de Medicina (optativa en la enseñanza secundaria) para hacer facultad, enseguida se me dio la chance de hacerme profesional y dejé los estudios para dedicarme de lleno al boxeo. Siempre me quedó como en el debe eso”, cuenta.
Hoy, con esas dos pasiones unidas, la uruguaya no duda en recomendar a los jóvenes que practican deportes que no dejen sus estudios y avisa de la importancia de estos para mejorar en todos los aspectos.
“Uno tiene que trabajar tanto lo intelectual como la parte física. Para mí no es aceptable el si entreno no estudio o si estudio no entreno”, resalta.
EL FUTURO Y LOS NIÑOS
De la misma forma que, más de una vez, Chris Namús se mostró en redes sociales estudiando o emocionada por el mural que el artista callejero José Gallino le dedicó en el centro de Montevideo, también compartió diversas imágenes y videos con niños.
La hija de su pareja, el cantante uruguayo Mariano Bermúdez, su primo, su ahijada y su sobrina recién nacida son algunos de los chicos que la acompañan en su vida.
“Soy loca por los niños porque tengo también en el debe eso de ser madre y aprovecho todos los niños que tengo en la vuelta hasta que me toque el turno a mí”, dice, al tiempo que reconoce que ese es “un plan” que le gustaría llevar a cabo en un tiempo no muy lejano.
Según cuenta, su idea es vencer a Kozin Ema y luchar 12 o 18 meses más antes de colgar los guantes.
De esa forma, asegura que tendrá un retiro “superpensado y superplaneado” para hacer algo que quiere.
No obstante, Chris Namús avisa que “jamás” va a dejar de ir a un gimnasio de boxeo y que en el futuro le gustaría tener uno para poder dar clases.
Mientras tanto, con la mira puesta en la reprogramación de ese combate con la eslovena, ella continúa entrenándose feliz en un lugar en el que “se respira boxeo” y que, tras haber visitado distintos gimnasios del mundo, sabe que no cambia por ninguno.