Japón ofrecerá asistencia a largo plazo para ayudar a isla Mauricio en las tareas de limpieza del vertido de crudo causado por el carguero de propiedad nipona MV Wakashio, que ha provocado el mayor desastre medioambiental de la nación insular.
Así lo señaló hoy el ministro portavoz de Japón, Yoshihide Suga, durante su rueda de prensa diaria, en la que indicó que la asistencia no se limitará a evitar la propagación del vertido y su limpieza, sino a áreas sociales y económicas.
Esta postura del Gobierno japonés se conoce el mismo día en el que un tercer grupo de expertos en desastres partió hacia Mauricio para unirse a las labores de descontaminación.
El carguero Wakashio, de bandera panameña pero propiedad de la naviera nipona Nagashiki Shipping y operado por Mitsui O.S.K. Lines, encalló el 25 de julio en los arrecifes de Pointe-d’Esny, en el sureste de isla Mauricio.
Tras más de una semana embarrancado, el 6 de agosto empezó a producirse una fuga tras agrietarse el tanque de combustible, en la que se derramaron más de mil toneladas de crudo.
En el momento del accidente, el MV Wakashio, que viajaba de China rumbo a Brasil, no transportaba carga, pero se estima que llevaba más de 200 toneladas de diésel y 3.800 de fuel para consumo propio.
Tras el paso de los días el barco se partió en dos, lo que aumentó el miedo a que provocara una catástrofe todavía mayor.
LA PROA HUNDIDA, LA POPA SIGUE VARADA
En un dispositivo que empezó el 19 de agosto, dos barcos arrastraron la proa del navío unos 15 kilómetros mar adentro, para ser hundida la semana pasada a unos 3.180 metros de profundidad en el océano Índico. La popa sigue varada frente a Pointe-d’Esny.
Todavía se desconoce si este accidente, que ya constituye el peor desastre ecológico en la historia de ese país, se debió a un fallo mecánico o a un error humano, dada la cercanía a la costa con que navegaba la embarcación, de unos 300 metros de eslora.
La zona del derrame es una región de arrecifes de coral -que llevaban unos 15 años rehabilitándose-, rica en diversidad marina y terrestre, con importantes reservas naturales a pocos kilómetros.
Este desastre medioambiental representa un duro golpe para la economía de Mauricio, isla de poco más de un millón de habitantes situada en el océano Índico y muy dependiente del turismo.
Entre los daños causados por el derrame del combustible se encuentra la muerte de al menos 47 delfines, según el último recuento de las autoridades y organizaciones medioambientales.
El choque entre uno de los remolcadores del Wakashio y una nave de la Guardia Costera mauriciana causó este martes tres muertos y un desaparecido.